Córdoba

Las alergias alimentarias duplican el precio de la cesta de la compra

  • Una familia con un celíaco puede incrementar su gasto semanal en casi 33 euros

Ser intolerante al gluten o a la lactosa sale caro. Además de la adaptación a la nueva dieta, las alergias alimentarias conllevan un aumento del precio de alimentos tan básicos como el pan, la pasta o la leche que pueden incluso duplicar el del precio de la cesta de la compra. En el caso de los celíacos deben seguir durante toda su vida un régimen estricto exento de gluten, basado en productos naturales, para evitar desarrollar enfermedades autoinmunes o linfomas. Por esta razón algunos productos básicos en la dieta -como los cereales y sus derivados- tienen que ser sustituidos por alimentos especiales sin gluten, cuyo precio es más elevado que los que lo incorporan.

Así, una bolsa de 500 gramos de macarrones sin gluten vale en algunos comercios 2,14 euros, mientras que el mismo alimento con harina de trigo se adquiere por poco más de un euro en caso de marcas contrastadas. Algo parecido ocurre con las galletas, cuyo paquete para celíacos de 400 gramos vale 2,14 euros en el caso de una marca blanca, muy por encima de las galletas habituales. El pan de molde es otro ejemplo, con un coste para los consumidores alérgicos al gluten de 2,65 euros para un envase de 385 gramos y marca blanca, cuando el de harina de trigo se oferta por 1,50 euros la bolsa de 500 gramos y con sellos de calidad.

En cuanto al pan rallado, un paquete de 300 gramos se adquiere por 2,70 euros y en el caso de las harinas (que se elaboran con arroz) para celíacos valen en el mejor de los casos a 1,80 euros el kilogramo. En el caso de que una persona que no tolera el gluten quiera echar al cesto de la compra una pizza, paga por una de tamaño mediano 3,15 euros, más cara que una familiar con harina de trigo y de la misma marca, por la que se abona en caja algo menos de tres euros. Por otro lado, la lasaña se puede adquirir por aproximadamente 2,90 euros una caja de 530 gramos, mientras que los celíacos pueden pagar hasta 4,50 euros por una de 300 gramos.

Según un estudio de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), tomando como base una dieta de 2.000 a 2.300 calorías, una familia con un celíaco entre sus miembros puede subir su gasto de la cesta de la compra en casi 33 euros a la semana, lo que significa un incremento de unos 132 euros al mes, y de 1.586 euros al año.

Los intolerantes a la lactosa también sufren el aumento de los precios de los productos adaptados a su dieta. Esta alergia no sólo afecta a los lácteos sino que la lactasa se encuentra en otros alimentos como barritas de pescado, atún en conserva, pechuga de pavo o tomate frito. En este caso, la lactasa se puede o no encontrar en un determinado alimento según la marca, lo que obliga a elegir algunas con precios más elevados en lugar de otras más económicas o blancas.

En este caso, una caja de leche puede costar 0,60 euros, mientras que sin lactosa asciende hasta 1,38. El batido de chocolate con cuesta alrededor de 1,60, mientras que su versión sin llega a los 2,70 euros. Si una persona intolerante a este azúcar compra una tarrina de mantequilla de 250 gramos ésta le puede salir por casi tres euros, mientras que la normal vale aproximadamente 2,30.

El precio de un pack de cuatro yogures de sabores puede oscilar el euro pero al comprarlos sin lactosa sube hasta 1,60. Por otro lado, un bote de crema de cacao y avellanas de 190 gramos también sin puede alcanzar los 3,50 euros, cuando normalmente se adquiere por unos dos euros. En el caso de una tableta de chocolate, las personas intolerantes pueden gastarse unos tres euros, mientras que una normal, de 100 gramos, puede costar unos 70 céntimos.

En otro aspecto, cuando un intolerante echa en su cesta de la compra un kilo de queso curado puede hacerlo a un precio de 18,45 euros, frente a los aproximadamente 12,50 del normal. Si quisiera queso rallado, les saldría por unos 13,20 euros el kilo (5,75 euros el kilo con lactosa), el queso en lonchas por unos diez euros el kilo (5,50 el normal) y el queso fresco por nueve euros (frente a los 3,50 del apto para todos los consumidores).

Este alto coste de los productos necesarios para la dieta de celíacos e intolerantes a la lactosa es asumida en su totalidad por las familias ya que en España no existen ayudas. Los países europeos más concienciados son los nórdicos -Suecia, Noruega y Finlandia- mientras que Francia, Dinamarca, Italia y Reino Unido también ofrecen beneficios para los afectados por estas alergias alimentarias.

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