Córdoba

La ilusión navideña no entiende de canas

  • Radio Taxi celebra la décima edición de los paseos en taxi por el alumbrado navideño para personas de la tercera edad Más de 60 vehículos transportan a 250 ancianos

Las arrugas de sus caras muestran el paso del tiempo. Muchos de ellos fueron niños en plena posguerra, donde la Navidad, precisamente, no se caracterizaba por la ostentación que se luce en las Pascuas de los tiempos actuales. Mucho ha llovido desde aquel entonces. Algunos de los ancianos que ayer acudieron a la a la iniciativa social promovida por Radio Taxi, que cada año ofrece a las personas residentes en centros de la tercera edad un paseo para que disfruten del alumbrado, afirmaban "que antes no había tantas cosas". Lo hacían volviendo la vista atrás, con cierto cariz melancólico en su rostro, dejando entrever el niño que pese al paso del tiempo aún guardan en sus adentros.

Este año, la décima edición del Paseo de la Ilusión, ha batido récord. Frente a los 226 que participaron el año pasado, más de 250 ancianos pertenecientes a 13 residencias para mayores de Córdoba se dieron cita ayer a las 19:00 frente a la Avenida del Alcázar. Radio Taxi puso a disposición de ellos 60 vehículos para darles un paseo por el centro de Córdoba, con el objetivo de que las dificultades físicas de la edad no sean un impedimento para que ellos puedan disfrutar del alumbrado y del típico ambiente navideño que estos días luce por la capital.

Aunque hubo tensiones entre los taxistas debido a la poca presencia policial que se encarga de escoltar a la comitiva, al final, media hora más tarde de lo previsto, la caravana comenzó el tradicional paseo que duró en torno a los 90 minutos y concluyó en la plaza de las Tendillas tras recorrer la avenida del Conde de Vallellano, el paseo de la Victoria, avenida de Cervantes, avenida de Gran Capitán, Ronda de los Tejares, plaza de Colón, Puerta del Rincón, Alfaros, Capitulares, Claudio Marcelo y Tendillas.

Lucas Ruiz, uno de los taxistas que transportó a un grupo de ancianos durante el paseo navideño, y que ya lleva varios años participando de esta iniciativa, subrayó "que a los ancianos se le ve muy alegres con la excursión, ya que para muchos de ellos es una oportunidad única para ver el alumbrado y el ambiente durante las navidades". Por esta razón, según destacó el empleado, "de momento la iniciativa va a continuar durante los próximos años, sobretodo teniendo en cuenta la acogida".

"Los viejos nos lo merecemos", afirmaba Antonio Millán con tono distendido, un cordobés octogenario de la residencia de San Rafael que debido a la artrosis que padece en la rodilla "no sale tanto como antes", y que ha decidido apuntarse al paseo para ver "el ambiente navideño y disfrutar de la ciudad".

Victoria Sanz, otra de las personas que acudió al Paseo de la Ilusión, explica que la mayor parte de su vida ha vivido en Galicia, pero hace poco menos de un año se fue a vivir a Córdoba, al centro de mayores Santa María "para estar más cerca de mi hija".

De la misma residencia es Julia Cruz, una vecina del barrio de Santa Marina que se define como "una cordobesa de los pies a la cabeza y de la tierra de Julio Romero", y que afirma que este es el segundo año que repite porque en 2013 disfrutó mucho de la experiencia, ya que "los taxis van muy despacito y así nos da tiempo a ver el alumbrado".

Fernando Hinojosa, otro de los ancianos que se encontraba en la avenida del Alcázar para realizar la excursión, afirma que tras el fallecimiento de su mujer decidió acudir a la residencia para "estar bien atendido". No obstante, declara no haber perdido el gusto por la Navidad, aunque reconoce que las "las cosas han cambiado mucho" desde que el era joven y celebraba las fiestas en Córdoba. "Cuando yo era un niño no había casi alumbrado y después de Nochebuena salíamos a la plaza del barrio a hacer una candela y cantar villancicos", afirma en tono melancólico este cordobés de 92 años, que a pesar de su avanzada edad confiesa "no haber perdido la ilusión por la vida".

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