Desde 2001, David Noguera trabaja con Médicos Sin Fronteras (MSF). Ha pasado por decenas de países coordinando emergencias de epidemias y en otros tantos contextos. Hace diez días aterrizó en España directo desde Monrovia (Liberia), uno de los tres países de África occidental -junto con Guinea y Sierra Leona- que sufre la crisis más virulenta del virus del ébola, ahora coordina la campaña #StopEbola en España, que recauda el dinero de los SMS enviados al 28033 con las palabras STOP EBOLA. Ayer mismo ofreció en la facultad de Medicina de la UCO una charla bajo el nombre Médicos Sin Fronteras y su acción contra el ébola.

-¿De qué trata la ponencia?

-Hemos hablado de ébola, pero también de MSF y de cómo se trabaja en emergencias. Siempre es un placer porque es un tema que me apasiona y que a la gente le interesa. Está bien que nos centremos en el ébola, es un tema importante que está en boga, pero también está la República Centroafricana, Siria o Sudán del Sur. Son muchos frentes abiertos y es importante que mantengamos estos temas en la agenda.

-¿El ébola ha interesado siempre o interesa ahora?

-Es lógico que el ciudadano normal en España se haya preocupado a raíz de los acontecimientos que todos conocemos. Esto a mi no preocupa, me preocupa más que los técnicos y responsables no sean tan competentes. Cada uno se interesa por lo que se interesa, aunque me gustaría que estos temas tuvieran más presencia, pero lo que me preocupa es que la gente que gestiona este tipo de cosas sepan de qué van.

-¿Ha mejorado en algo la crisis del ébola en los ochos meses que han pasado desde que se iniciara en África?

-Un poco sí. Estamos viendo que empieza a llegar un cierto nivel de ayuda que echábamos mucho de menos. Los últimos cuatro o cinco meses hemos denunciado de una forma muy consistente la falta de presencia de medios para responder a la epidemia en origen, que es la única forma de acabar con este problema. Parece que hay ciertos movimientos, pero no nos podemos relajar porque el ébola tiene una particularidad que no tienen otras epidemias, que es todo el miedo y estigma que genera y que hacen que los sistemas de salud se paralicen. La ecuación es mucho más compleja y amplia, hay que reiniciar los sistemas de salud de estos países.

-La OMS estima que si el 1 de diciembre hay un 70% de los casos en aislamiento, podría hablarse de logro, ¿será así?

-No sabemos eso porque no está en nuestras manos. MSF hemos hecho un esfuerzo brutal, ingente, teníamos el 60% de las camas de ébola y nos hemos sentido bastante pocos acompañados en la respuesta a esta epidemia. No sé si se conseguirá, sí es posible, pero eso sólo explica parte de la ecuación. ¿Estos países volverán a tener un funcionamiento similar al anterior a la epidemia por enero? Estoy convencido de que no.

-¿Está conforme MSF con lo aportado por el gobierno español?

-El gobierno español hizo una primera inyección de dinero que era francamente escasa en relación con países similares. Eso lo han corregido, han hecho una aportación mucho mayor, pero hemos hecho peticiones muy concretas y no sólo al gobierno español, sino al resto de países avanzados. El primero que desplieguen equipos en el terreno (el gobierno cubano lo ha hecho, 200 médicos, y no estamos hablando de una potencia mundial) y dos, tenemos un problema logístico porque muchas compañías aéreas paran el tráfico a las zonas afectadas por lo que llevar gente y recursos se torna caro y difícil. En Canarias hay una base del Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU y proponíamos que se habilitara una especie de corredor aéreo desde allí, pero hasta ahora no ha habido respuesta.

-¿Os habéis sentidos solos como organización en la gestión de la epidemia?

-Desde el día uno hasta el día de hoy. No es que seamos los únicos, pero no puede ser que MSF sea la organización responsable de lidiar con este brote, es que es imposible, no tenemos ese músculo, ni de recursos humanos ni financiero. Hay enfermos y los curamos, fin de la ecuación. Ante problemas de esta magnitud hay gente que tiene estos mandatos y a ellos les corresponde lidiar con este tipo de situaciones. Y estaremos encantados de colaborar, pero ha llegado un punto que hemos tenido que decir no podemos más.

-¿Qué es lo más duro que ha vivido en estos meses?

-Lo más duro no lo he vivido yo, pero es cuando los compañeros que estaban allí tuvieron que cerrar las puertas del hospital y dejar gente fuera. A mí no me ha pasado en la vida ni quiero que me pase.

-En una comparación hipotética de la crisis de ébola en España, con el caso de Teresa Romero, y la que ha vivido en primera persona, ¿qué cabría decir de la primera?

-Lo que se ha generado aquí creo que es normal, tampoco me sorprende. La conclusión nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que la salud es un tema global y pretender mirar hacia otro lado es simplemente una pérdida de tiempo.

-¿Qué opinión le merece el actual sistema sanitario público español?

-Nos va a salir a todos caro el desmontar la salud pública, en dinero y en calidad del servicio. Trabajo en una organización internacional y una de las cosas que podías llevar orgulloso por el mundo era que la red de salud de españa era de las mejores del mundo. Ahora no sé si estamos en la misma coyuntura.