El Cabildo de la Catedral reivindicó ayer la labor de conservación llevada a cabo por la Iglesia en el inmueble desde que la Unesco lo declarara Patrimonio de la Humanidad hace justo 30 años. Fue el deán del Cabildo de la Catedral de Córdoba, Manuel Pérez Moya, quien aseguró que "el domingo 2 de noviembre se cumplen 30 años de una excelente noticia como fue la declaración como patrimonio de la Humanidad de la Catedral de Córdoba, antigua Mezquita, por parte de la Unesco. Una declaración que sirvió para potenciar aún más la imagen de Córdoba y de su Catedral, antigua Mezquita, en el exterior y que desde entonces, las visitas de turistas no hayan parado de crecer año tras año". Pérez Moya declaró que "durante este periodo, el Cabildo catedralicio, como ha venido haciendo a lo largo de los últimos ocho siglos, ha procurado cuidar y respetar el templo de forma que todos los que lo visitan lo puedan disfrutar y así lo seguirá haciendo".

Asimismo, el deán recordó que "precisamente fruto de esta labor de conservación, el pasado mes de junio la Unesco elevó el reconocimiento de la Catedral a bien de excepcional valor universal. Tanto el 30 aniversario como esta decisión de la Unesco coinciden con otra fecha muy especial, el 775 aniversario de la Catedral de Córdoba, que venimos celebrando a lo largo de este año. En resumen, 2014 está siendo muy especial para todos los cordobeses".

Pérez Moya señaló que "el templo es uno de los monumentos más importantes del mundo que cada año visitan más de un millón de personas y que para conservar y mantener su esplendor, el Cabildo ha destinado más de 20 millones de euros a la conservación solo en los últimos ocho años".

Pero la Iglesia no es la única institución que celebra esta declaración de la Mezquita como Patrimonio de la Humanidad. La Plataforma Mezquita-Catedral ya anunció hace pocos días que celebrará una serie de mesas de debate que tratarán el tema de la titularidad del inmueble, que tantos cruces de acusaciones ha generado últimamente. Entre los invitados figuran algunos que se han caracterizado por, precisamente, llevar el debate hacia el lado de la titularidad pública.