Córdoba

Peroles bajo el sol

  • El parque de Los Villares recibe a centenares de personas para celebrar el día de San Rafael en familia o entre amigos con el clásico arroz cordobés.

Subir a Los Villares es, para muchos cordobeses, una cita marcada en rojo cada 24 de octubre, día de San Rafael, Custodio de Córdoba. El parque periurbano se convierte esta jornada en una especie de parque temático rafaelista, en el que no falta la clásica estampa del perol y de un buen número de cordobeses a sus pies a la espera de poder empezar a degustar el arroz a eso de las 17:00. Es San Rafael y, por lo tanto, hay que celebrarlo en la Sierra acompañado por la familia, por lo amigos o por quien se precie.

En el día de San Rafael, además, Los Villares amanece mucho antes de lo normal y son muchos los que no tienen reparos en subir antes de que salga el y coger el que consideran "el mejor sitio" para echar el día, a pesar de que en esa tarea no haya resquicio de luz alguno. El buen tiempo, además, se convirtió ayer en el gran aliado de los perolistas. Y es que hacía ya varios años, muchos para algunos, que el sol no lucía tanto como ayer, en una nueva jornada en la que parece que el otoño sigue sin queres aparecer por Córdoba. Sea como sea y con el beneplácito del tiempo, cientos y cientos de cordobeses tomaron ayer parte de las 485 hectáreas por las que se extiende el parque de Los Villares, un inmeso recinto medioambiental en el que costaba encontrar el olor a Sierra, escondido tras el aroma de las sardinas, la panceta, las chuletas y los pinchitos a la brasa.

Cumpliendo una tradición de "hace tantos años" que no lo recuerda, Nino festejaba ayer su onomástica, junto a toda su familia, de la que forman parte más de veinte personas. Como "buen cordobés", Nino llegó a eso de las 07:00 a Los Villares para buscar sitio, una tarea bastante difícil porque a esa hora ya había muchas personas en la misma tarea. La intención de Nino ayer era la de pasar muchas horas en familia porque "el día de San Rafael, al que rezo de vez en cuando, es el no va más para nosotros".

Una hora antes, a eso de las 06:00, llegó al parque Alberto Cano, el más madrugador del grupo de amigos del colegio de sus hijos -el Santa Victoria- que pasaron el día de San Rafael en Los Villares por primera vez. "Este día es una excusa para juntarnos todos", anota, mientras comienza a preparar la carne, a la que luego acampanará el arroz. También aclara que antes del plato principal, tanto él como el resto de acompañantes, ya han dado buena cuenta "del chorizo, la panceta y las chuletas del cerdo".

"Subimos todos los años", apunta Francisco Díez, voluntario de Cruz Roja, que pasadas las 15:30 ya esperaba el momento de comer el arroz de la jornada, el plato estrella de todos los que ayer decidieron pasar el día sal sol de Los Villares. De un grupo de 23 voluntarios, sólo un par de ellos fueron los valientes en darse el madrugón un día festivo y llegar a Los Villares a las 07:30 y disfrutar. San Rafael, detalla del joven, "es un día para reunirnos y hacer cosas que otros días no podemos". Relata que a esa hora de la mañana resultaba cuanto menos curioso ver a muchas personas buscando la mesa más grande y el terreno menos escarpado armados con linternas o con la luz del móvil. Díaz detalla, además, lo económico que resulta subir al parque, ya que en el pago de las viandas apenas se gastaron seis euros por persona. Es más, es que ni siquiera llegaron a comprar la leña ofertada por la Junta, ya que según explican cargaron con un palé de madera para evitar este gasto. Quien se encarga de elaborar el arroz en este grupo de voluntarios de Cruz Roja es Jesús Pareja, quien comienza con la tarea a eso de las 13:30. Buen conocedor de los fogones, relata que en elaboración del perol "echo doce tomates, cebolla, pimiento verde, champiñones, ajo, costillas, magro de cerdo y también un toque secreto", que no quiere desvelar. Natural de Priego de Córdoba, el joven no desaprovecha la oportunidad para hacer patria chica de este municipio y destacar que en el plato no falta el aceite de oliva virgen extra del marco prieguense.

Y aunque el arroz es el plato principal en Los Villares, San Rafael también ofrece alguna excepción gastronómica. Es el caso de un grupo de padres del colegio Virgen del Carmen, quien ayer no lo probó y se decantó por las chuletas, las ensaladas, las sardinas, la panceta, la morcilla y las patatas fritas, entre otros alimentos. Eso si, lo que no evitaron fue subir a primerísima hora del día, tarea que le correspondió a Eduardo Ferreiro. "He llegado a las 07:30 y había hasta caravana", asegura.

Algo más tarde y sabiendas del error cometido llegó Rafael Zafra a Los Villares. "Nos ha costado encontrar sitio porque hemos llegado a las 08:15", asegura este cordobés que lleva tres décadas celebrando el día de su santo en este parque junto a su familia, una fiesta a la que tampoco falta su suegra, ya de 93 años, y que ayer bien daba cuenta de que la edad no está reñida con la fiesta. "Venimos aunque llueva porque al final San Rafael hace siempre un pequeño milagro", sostiene y defiende que la jornada es, ante todo, "un día de convivencia, un día en familia y un orgullo para todos". No tiene reparos tampoco en confesar que ayer era también el día perfecto "para olvidarse de la dieta y comer de todo". Y es que como muchos cordobeses, tras el perol llega la hora del café, el pastel cordobés y, para más de uno, un combinado antes de volver a la capital.

"Tenemos que aprovechar el día de fiesta en el campo", considera Rafael Fernández, otro de los que ayer celebra la festividad del Custodio entre pinares, quejigos y encinas. Acompañado por toda su familia -alrededor de una quincena de personas-, da fe de que el arroz "es hoy -por ayer- cosa mía, que para eso invito yo a todo". En su relato, este cordobés del barrio de Fátima echa la vista atrás en el tiempo y recuerda que "pocas cosas cambian por San Rafael" en su familia y en su vida. Eso si, también reconoce que el tiempo, por fin, "se ha aliado con la ciudad y el Custodio nos ha echado una mano porque en los últimos años siempre nos ha llovido".

Pero Los Villares no fue el único emplazamiento para celebrar San Rafael, ya que otras muchas familias y grupos de amigos se quedaron en la capital para comer en bares y tabernas y evitar coger el coche.

A todas estas celebraciones se sumó la misa oficiada por el obispo, Demetrio Fernández, en la iglesia del Juramento a las 10:30, a la que acudieron, entre otros, el alcalde, José Antonio Nieto, y el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado.

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