El colectivo Acampada Dignidad, que desde hace meses ocupa el antiguo colegio Rey Heredia donde ha instalado un centro social, retomará las actividades a partir de septiembre después de que el comedor social fuera clausurado a principios de verano tras una inspección sanitaria. El portavoz del colectivo, Rafael Juan, aseguró que "no vamos a esperar" a que finalice el proceso de cesión que se ha iniciado entre el Ayuntamiento y el Consejo de Distrito Sur para que sean los vecinos quienes gestionen el edificio y que desde el mes que viene volverán a ofrecer comidas y a planificar las actividades con normalidad "sea cuales sean las consecuencias". Las consecuencias pueden ser una posible clausura de la cocina, como ya ha ocurrido en verano, ya que las instalaciones no cuentan con el suministro de agua corriente y se utilizan botellas. Juan aseguró que, tras la inspección, "hemos acometido todas las mejoras que nos requerían" y, en cuanto al agua, insistió en que es el alcalde, José Antonio Nieto, quien no quiere dar el servicio al colectivo. En este sentido, Juan apuntó que "el Ayuntamiento no nos va a marcar los tiempos" por lo que volverán a su rutina de manera inmediata.

Acampada Dignidad ha mantenido el comedor social aunque de manera provisional ya que cocinaban en las casas de los voluntarios y, con esos medios, "apenas podíamos ofrecer 30 o 40 comidas" frente al centenar que se daban desde el Rey Heredia.

El Consejo de Distrito Sur está ultimando los trámites para la redacción de los estatutos para constituirse como asociación de manera que obtenga así una entidad jurídica y se pueda ejecutar la cesión del Rey Heredia. Está previsto que el próximo 2 de septiembre se celebre una asamblea en la que se ratifique la constitución de la formación y se culminen así los pasos para la entrega del edificio, tal y como se comprometió el Ayuntamiento. No obstante, el gobierno municipal ha insistido en varias ocasiones en que mientras que el antiguo colegio siga ocupado no se puede materializar la cesión. El consejo de distrito se ha comprometido en que cuando se produzca la donación la plataforma se irá, aunque las actividades se mantendrán de la mano de otros colectivos.

No es la primera vez que Acampada Dignidad reta al Consistorio ya que, a pesar de las denuncias que se han puesto desde la administración local y las peticiones de desalojo, el colectivo ha mantenido su actividad.