Córdoba

La Cata de Montilla-Moriles inicia las fiestas con expectativas de buen tiempo

Mayo se volvió a adelantar un año más con la celebración de la Cata del Vino Montilla-Moriles, que este año cumple su XXXI edición y que ambiciona superar los buenos resultados cosechados el año pasado. Desde ayer y hasta el próximo domingo la explanada de la Diputación será el punto de encuentro para todo aquel que quiera disfrutar los caldos con Denominación de Origen (DOP) que aporta la Campiña cordobesa. Cuatro días, además, en los que el tiempo, según los partes meteorológicos, acompañará aportando altas temperaturas y un cielo soleado. La entrada al recinto tiene un precio de ocho euros que otorga el derecho a un catavino y cinco degustaciones, o diez euros, con dos copas y cinco catas.

Con las buenas previsiones, acudieron hasta el Palacio de la Merced numerosas autoridades, entre las que se encontraba, incluso, el alcalde de Cuenca, Juan Ávila, ya que parecía que nadie quería perderse este evento tan señalado en la lista de festejos cordobeses. Así las cosas, las puertas por las que se accede al recinto se quedaban pequeñas para albergar a todos los políticos que procedieron a cortar la cinta para inaugurar de forma oficial la Cata de Vinos. El alcalde, José Antonio Nieto, la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos, la delegada de la Junta en Córdoba, Isabel Ambrosio y la consejera de Agricultura del Gobierno andaluz, Elena Víboras, llevaron la voz cantante y fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida al tradicional evento que este año homenajea a las Ciudades Patrimonio de la Humanidad y a la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura Gastronómica que año ostenta Córdoba. Por esto de la gastronomía, en los 26 expositores con los que cuenta la Cata no solo corría el Amontillado, el Cream o el aclamado Pedro Ximénez. Varios cortadores de jamón y el olor a flamenquín también aportan su valor a la fiesta, en la que se sirven platos típicos de la gastronomía cordobesa.

Desde primera hora ya empezaban a alargarse las colas en las seis taquillas del recinto y había quien decía que "la Cata es cita obligada, aunque no te guste el vino". Y es que no solo consiste en degustar los caldos, ya que a lo largo de estos días los organizadores han programado varias actividades siempre relacionadas con el vino de la DOP. De este modo, el patio Barroco de la Diputación acogió el desfile de la Capa Cordobesa en el que Manuel Benítez El Cordobés -padrino de la Cata- y Rafael González Chiquilín posaron con esta prenda torera con diseños de Daniel Carrasco. Asimismo, los alcaldes de la DOP y los integrantes de la Ruta del Vino firmaron el protocolo Wine in Moderation que promueve el consumo moderado de vino y está impulsado por el sector vinícola europeo y gestionado en España por la Federación Española del Vino (FEV) y la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN).

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