EL CAMPO

El sector citrícola reclama a la UE el cierre de fronteras ante casos de mancha negra

  • Piden que se refuerce una lucha contra la extensión de la plaga que creen insuficiente. Córdoba cuenta con 11.600 hectáreas.

La incesante presión que viene ejerciendo el sector citrícola para frenar el descontrol que impera en las importaciones europeas de cítricos contaminados con la gravísima enfermedad de la mancha negra ha forzado a las autoridades comunitarias a presentar un plan de actuación destinado a atenuar el elevado riesgo fitosanitario que entrañan estos envíos para la supervivencia de la citricultura de la UE en el caso de que esta plaga llegase a introducirse en territorio europeo. Este plan es consecuencia también de las conclusiones de un informe de la European Food Safety Authority (EFSA), que se publicó recientemente y que coincide en señalas ese mismo riesgo. Actualmente, el temor del sector se centra, sobre todo, en la naranja llegada de Sudáfrica, tal y como apuntan desde la organización agraria COAG.

Sin embargo, y tras un análisis detallado del documento presentado por la Comisión, el sector (productores, cooperativas, comercio e interprofesional) considera que, "si bien se trata de un primer paso, la propuesta no satisface en absoluto las aspiraciones del propio sector porque las medidas que se plantean en el texto resultan claramente insuficientes a la hora de poder incrementar de manera eficaz el control sobre las importaciones de cítricos, en este caso, sudafricanos", indican desde COAG. Considera el sector que el plan presentado está repleto de ambigüedades y que, por eso mismo, resulta imprescindible introducir toda una serie de modificaciones que despejen cualquier duda o interpretación sesgada, principalmente en el punto que hace referencia al posible cierre de las fronteras a los cítricos de Sudáfrica. "Efectivamente, en el artículo 3 se incluye una referencia más o menos velada al bloqueo de las importaciones sudafricanas en el caso de que se produzcan seis interceptaciones de cítricos contaminados de mancha negra en sus envíos, pero menciona que para proceder al cierre antes habrá que acreditar que las autoridades del país importador no han tomado las medidas suficientes para evitar el riesgo. Como es lógico, esa condición hace inviable en la práctica la adopción de una decisión inmediata al respecto", destacan desde la organización agraria COAG.

Así las cosas, y con el objeto de corregir esa y otras insuficiencias de calado detectadas en el documento, el sector citrícola ha presentado una serie de propuestas en las que se reclama, entre otros cambios, un reconocimiento explícito e incondicional de que la detección de seis casos de mancha negra implicará el cierre inmediato y automático a las fronteras europeas a los cítricos importados. En las alegaciones también se solicita que a la hora de efectuar el cómputo de esos posibles casos de mancha negra que puedan localizarse en los cargamentos se incluya no sólo la fruta destinada a los mercados en fresco, sino también aquellos otros cítricos que se envían a la industria de transformación. El sector citrícola ha hecho llegar el pliego de alegaciones al Ministerio de Agricultura para que defienda en Bruselas la inclusión de las mismas en el proyecto final que está preparando la Comisión Europea y cuya redacción final podría concretarse a finales de este mes de abril. "Además, las organizaciones y entidades que representan al conjunto de la citricultura han enviado sendas cartas al Ministerio de Agricultura y la Comisión Europea exponiendo los gravísimos riesgos que para el futuro del cultivo citrícola en Europa implica el calamitoso estado fitosanitario que presentan, por ejemplo, las importaciones procedentes de Sudáfrica. Sólo durante la última campaña, las detecciones de mancha negra se acercaron al medio centenar", relatan desde la organización agraria.

En los escritos dirigidos al Ministerio, a la Comisión y al Parlamento comunitario el sector citrícola expresa también sus sospechas acerca de que esa falta de concreción sobre no pocos aspectos de la que adolece la propuesta de la Comisión esconde en realidad un intento deliberado de hacer prevalecer los intereses comerciales de los importadores del norte de Europa (Holanda y Gran Bretaña, básicamente) sobre los de los citricultores del sur.

Estas reclamaciones y sus posibles soluciones tienen gran importancia para la provincia de Córdoba, donde la mayor parte de la producción de cítricos se concentra en la comarca del Valle del Guadalquivir, con 11.657 hectáreas cultivadas y 1.000 explotaciones, en su mayoría de naranjo dulce. Genera 450.000 jornales al año (casi el 50% de los contratos agrícolas en la zona) y puede alcanzar hasta los 25 millones de euros, según los datos de la Producción Final Agraria de 2012.

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