-Acaba de tomar el testigo de José Manuel Aranda al frente del Reina Sofía, ¿esperaba ser la persona elegida para este cargo?

-Para nada, ha sido una gran sorpresa. No era algo que tuviese pensado en mi trayectoria profesional. Fundamentalmente me he dedicado hasta ahora a la asistencia, aunque he llevado en los últimos años la dirección de la Unidad de Mama y de la Unidad de Radiodiagnóstico que te obliga a tener muy en cuenta medidas de gestión y a relacionarte con otros servicios, hospitales y niveles asistenciales. Pero, es cierto que me enorgullece que hayan depositado en mí esa confianza y es un reto abordar mi trabajo desde otro punto de vista.

-¿No cree que es un paso arriesgado asumir esta responsabilidad en un tiempo como el actual marcado por los recortes?

-Todo en esta vida tiene un riesgo, pero la mejor alternativa no es no hacer nada. Nunca ha sido esa mi forma de ser. Me gusta arriesgar. Por ejemplo, decidimos hacer una Unidad de Mama que no funcionaba de esa forma en ningún sitio y luego decidimos que fuese multidisciplinar. En fin, muchas de las medidas que hay que tomar son arriesgadas, pero para ello ocupo este cargo. La época es compleja pero si se trabaja en equipo de forma consensuada se pueden priorizar las cosas para conseguir una asistencia de calidad.

-¿Qué retos se marca?

-De entrada mi objetivo es mantener y potenciar el prestigio con el que cuenta el Hospital Reina Sofía en el aspecto asistencial, docente e investigador. El centro cuenta con grandes profesionales con un gran conocimiento y potencial para ello.

-¿Va a echar de menos el trato directo con el paciente?

-Por supuesto. Ésta es una etapa diferente, aunque no quiera perder el contacto no sólo con la asistencia en sí sino con los proyectos a los que me he dedicado. Tengo que conseguir influir sobre esos proyectos pero de otra forma más estratégica.

-Los sindicatos esperan que con su llegada al frente del hospital se abra una nueva etapa de diálogo, ¿tiende la mano a ello?

-Por supuesto. Tengo previsto reunirme no sólo con los profesionales del hospital, también con sindicatos y representantes del hospital. Éste es un paso importante y de los primeras cosas que tengo que realizar.

-¿Y se ha planteado cómo conseguir la paz entre todos los que forman parte del hospital?

-Es complejo, pero no sólo por la época de crisis en la que estamos. Lo más importante es que todos trabajemos teniendo claro cuál es nuestro objetivo común, que no es otro que conseguir una sanidad pública de calidad. No es fácil, pero hay que conseguir la fórmula para hacerlo posible. Aunque no hay que olvidar que en los últimos años se ha trabajado de una forma ejemplar, a pesar de que ha sido una época difícil para la sanidad no sólo aquí sino en todo el país. Y el hecho de que se haya mantenido el nivel asistencial es un gran logro de todos sus profesionales.

-¿Cree que en el Reina Sofía sería necesario privatizar servicios?

-El Servicio Andaluz de Salud y este hospital siempre han apostado por la sanidad pública y de calidad. No tenemos pensado privatizar nada. Se ha demostrado que la sanidad pública puede ser efectiva y de calidad.

-¿En qué situación se encuentra en estos momentos el Plan de Modernización del Reina Sofía?

-Es un plan que se está revisando para un abordaje más pormenorizado, por etapas, intentando priorizar aquellos puntos que pueden tener un mayor impacto en la atención de los pacientes. No hay un cronograma establecido estamos en una revisión.

-En la actualidad existen protocolos para saber el grado de satisfacción de los pacientes, pero ¿se plantea dar un cambio en este sentido?

-Casi todas las unidades tienen diferentes encuestas y documentación especial para el paciente y los resultados son muy positivos. La mayoría de unidades además están manteniendo un proceso de acreditación que la orientación hacia el usuario se cuida y se trabaja mucho. Creo que en ese aspecto el Reina Sofía está muy bien considerado, aunque estoy totalmente de acuerdo de que siempre se puede mejorar.

-El Reina Sofía es conocido por programas estrella como el de trasplantes, ¿cree qué se debe potenciar algo más?

-Nuestro hospital es conocido por muchas de sus áreas, aunque es cierto que sobre todo suenan los trasplantes. El Reina Sofía es puntero y conocido fuera, y todo ello gracias a todas sus unidades. Debemos mantener ese nivel, aunque no es una tarea fácil.

-¿La política de austeridad puede ser un impedimento para conseguirlo?

-Hasta ahora por mi experiencia no he visto mermada ni la calidad ni las prestaciones. Es cierto que se requiere un esfuerzo de todas las personas implicadas, desde profesionales hasta los usuarios, para intentar demostrar que es posible una sanidad pública y de calidad. Y nuestro hospital ha sido modelo en los últimos años por aplicar medidas eficientes que mantienen la misma calidad e incluso la mejoran.

-¿Cuáles son las principales carencias a paliar?

-En realidad el hospital no tiene problemas importantes. Está muy consolidado en todas sus líneas.

-Los colapsos en las Urgencias es una de las principales denuncias, ¿qué se puede hacer para acabar con esta situación?

-Se está trabajando mucho en esta unidad, aunque es verdad que tiene mucha frecuentación porque son unas urgencias grandes que atiende a un número muy importante de pacientes. Pero la calidad que presta, incluso en la época del año en la que estamos, es un avance que en muchos hospitales probablemente no está conseguido.

-Entonces confirma que la situación está controlada.

-Efectivamente, se hace un esfuerzo muy importante. Los profesionales y la dirección mantiene reuniones periódicas para comprobar el estado de urgencias y tenemos una situación totalmente controlada.

-¿Cree que la plantilla con la que cuenta el hospital es adecuada a la demanda?

-Ahora mismo la plantilla ha respondido a las necesidades del centro. No obstante, continuamente se realizan estudios exhaustivos y pormenorizados de las áreas porque sus necesidades son cambiantes. Esto nos obliga a una revisión periódica de los recursos y de la plantilla.

-La contratación al 75% también ha sido un tema polémico en los últimos tiempos.

-Es un aspecto que no depende de nuestro hospital. Son directrices que vienen marcadas de la Consejería y es una medida que se adoptó para mantener a todos los profesionales. No es la situación ideal, todos somos conscientes de ello, pero las perspectivas están centradas en ir solventando esta situación.

-Con la llegada del verano una denuncia que se repite es el cierre de camas, ¿cree que esto puede dañar a la imagen del hospital?

-La frecuentación del hospital va cambiando y por ello se redistribuyen sus camas. El hospital nunca ha tenido un problema si un paciente ha necesitado ser hospitalizado. Los recursos siempre se amoldan a la demanda.