Córdoba

Una generosidad que no tiene límites

  • La respuesta de los cordobeses desborda todas las expectativas del Banco de Alimentos ya que se han superado los 300.000 kilos de comida en sólo dos días de la Gran Recogida

Con todas las expectativas superadas y rompiendo todas las previsiones. Así concluyó ayer la Gran Recogida del Banco de Alimentos, una iniciativa que ha demostrado una vez más que la generosidad de los cordobeses no tiene límite cuando se trata de ayudar al otro. La respuesta ha sido mayor de la esperada, como ya ocurrió el año pasado y, si esperaban recoger 200.000 kilos de comida, los últimos datos aportados ayer apuntaban a más de 300.000 sólo en los supermercados. A esta cantidad habrá que añadir lo que donen las grandes cadenas que colaboran, según apuntó ayer el responsable de Captación del Banco de Alimentos, Joaquín Cabello. "Las cajas, que teníamos previstas (más de 10.000) se agotaron por la mañana y muchos establecimientos tienen que facilitar otros envases de su almacenes para recoger la gran cantidad de alimentos que hemos recibido", aseguró Cabello. Además, muchos cordobeses han llamado para saber dónde podían dejar sus aportaciones puesto que al supermercado donde habían ido no contaba con punto de recogida. "Ha sido sorprendente y muy emocionante", reconoció el responsable del Banco de Alimentos. Y esta generosidad parece no tener fin. De seguir así, ¿qué pasará el año que viene? Cabello aseguró que, si esta vez han estado presentes en 140 establecimientos, para el próximo año lo intentarán en 160 y así "iremos a más".

La realidad es que la actividad no ha parado en los locales que han colaborado en esta segunda Gran Recogida de Alimentos. Una de las voluntarias ha sido Cristina Carretero, que pasó la mañana de ayer en un MasCoop de Noreña recogiendo las aportaciones de los clientes. "Estoy en paro y decidió dedicar parte de mi tiempo a esta causa y echar una mano", aseguró la joven. Ella ha sido una de las testigos de la respuesta masiva de la gente ya que "cuando llegué tenían una caja de las grandes llena y cuando me he ido ya habíamos llenado otra", confesó. Uno de lo que más llama la atención, dijo, es que "mucha gente te dice que está en paro o que están pasando dificultades pero aún así colabora y eso es de agradecer", explicó.

Los estudiantes de tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) del Colegio Cervantes saben perfectamente lo que supone una recogida de alimentos. Ellos participan casi todos los meses en una de manera independiente y luego envían lo que recaudado a las instituciones que lo necesitan. Sin embargo, este año han decidido unirse a la campaña general del Banco de Alimentos. Así Ana, Gema, María, Auxi, Jaime y otros tantos estuvieron en la tarde de ayer en el Deza de la avenida Agrupación Córdoba para conseguir toda la comida posible. Todos ellos, junto con su monitora Lola de Austria, no dudaron en pasar la tarde del sábado de esta manera tan solidaria. "Sabemos que hay personas que lo necesitan y si podemos echar una mano es nuestra obligación", aseguró María. "El colegio los motivó para que participaran en la actividad y la verdad es que han venido todos", añadió la monitora. Todos aseguraron que la respuesta de la gente es "increíble" y que desborda las expectativas, como les pasa en su colegio, ya que "las salas que habilitamos para dejar alimentos se llenan y tenemos que dejarlos en otro sitio", apuntó María.

El Mercadona de Ronda de Marrubial estuvo todo el día con un grupo de voluntarios que trabajan en Los Ángeles de la Noche y que se turnaron durante la jornada para recaudar alimentos. Uno de ellos fue María Teresa Obrero, quien ya ha participado en otras iniciativas del Banco de Alimentos como la captación que hubo en verano en el Bulevar. "Hoy es mi día de descanso pero, aunque esté cansada, tenía que estar aquí porque es una manera de ayudar", aseguró. Obrero dijo que "todo el mundo aporta algo, aunque sea poco, y ese es el objetivo". Pablo Albea y Elisabeth Chica también acompañaron a Obrero en la captación de alimentos. "Se nos han acabado las cajas grandes y ya estamos con las chicas, aunque las llenamos enseguida", apuntaron. Mucha gente se acercaba a preguntar qué era lo que más necesitaban y la respuesta era "comida para bebés", como potitos o cereales, ya que la crisis está dejando a muchas familias sin recursos para sus hijos. Hubo incluso quien se acercó con ropa de niño, algo que también agradecieron. Todos reconocieron que se trató de una experiencia "muy gratificante" que repetirán en otras ocasiones cuando el Banco de Alimentos lo necesite.

Más de 3.000 personas participaron en la iniciativa. El responsable de Captación de la asociación reconoció que es "emocionante" la respuesta de los voluntarios. "La gente sabe que seguimos una línea de trabajo seria y que sólo pedimos alimentos, por eso colaboran", concluyó.

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