Dicen que la primera impresión es la más importante. Por eso, muchas empresas cuidan cada vez más su apariencia en Internet, plasmada a través de su página web y sus perfiles en las redes sociales. El objetivo principal se centra en llamar la atención del internauta: por lo general, un usuario medio acostumbrado a navegar y filtrar información de una manera rápida y casi inconsciente.

La web es un mundo de imagen y de diseño. Por ello las empresas apuestan por un diseño de calidad y funcional, lo que se ve reflejado en la creciente oferta de empleo para este tipo de profesionales. De hecho, los diseñadores web son unos de los grandes beneficiados por el auge de Internet, por lo que se les augura un futuro prometedor y en constante evolución.

Son muchos los jóvenes que han orientado su profesión a esta rama del diseño. Tanto jóvenes que se especializan haciendo cursos específicos, como universitarios procedentes de Grados de Informática o incluso de Bellas Artes que reorientan sus estudios al diseño web. Esta profesión no se limita únicamente al diseño creativo de la página, también abarca las funciones de maquetación y programación de la estructura de la web. Es decir, el ciclo completo de creación de una página web.

En los tiempos que corren, optimizar recursos se ha convertido en una prioridad vital para todas las empresas, por lo que prima contar con empleados multifunción que acompañen a todo el proceso de creación de una web. Un proceso que comienza con la compra de un dominio, a través de algún proveedor como la web de 1&1, Hostalia, one.com.. Una vez se hospeda el dominio en un servidor, comienza la fase conjunta de programación y diseño. Todo un proceso que requiere múltiples conocimientos, por lo que un empleado capaz de llevar a cabo todas estas funciones se convierte un uno de los principales activos de una empresa, sobre todo si basa su modelo de negocio en el eCommerce.

Pero no todas las empresas comienzan a programar desde cero, ya que otras optan por un diseño basado en plantillas web, uno de los recursos por los que optan muchos profesionales de pequeños negocios. En la mayoría de los casos, estas estructuras preestablecidas se utilizan con la finalidad de ahorrar tiempo. Además, se pueden modificar fácilmente para lograr cambios en la estructura o en algunos aspectos básicos del diseño, como la tipografía o los colores.

Debido al carácter cambiante de un mundo tan dinámico como Internet, los diseñadores web deberán estar actualizados permanentemente con la misión de adaptar la imagen pública de las empresas de forma inmediata y evitar así un desfase de la misma. Redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Google +... todas ellas cumplen una función específica, por ello deben estar gestionadas por la misma persona que define el diseño de la web, con la finalidad de ofrecer una visión conjunta de los valores de una empresa.