Pedro García, coordinador provincial de IU

"En IU ha habido un enfrentamiento entre un modelo que se agota y otro que nace"

  • El dirigente analiza lo que ha sido la asamblea en la que se ha impuesto a la línea oficialista del PCE. Avisa a quienes quieran optar a ser candidatos a la Alcaldía sin contar con el consejo local.

Acaba de ser elegido coordinador provincial de IU tras una tensa asamblea, como casi siempre en el seno de la coalición, en la que se ha impuesto a la candidata oficialista y que contaba con el respaldo de la dirección del Partido Comunista.

-¿Más sosegado ahora?

-Te quedas tranquilo en el sentido de se acaba el momento más tenso, que es el intentar que salga bien la asamblea en lo organizativo. Uno descansa el día después, pero sin olvidarse de la responsabilidad que empieza ahora ni del trabajo.

-¿Se ven las cosas con otro prisma cuando todo ha pasado?

-Se ve de otra manera porque en lo personal yo llegué a coordinador provincial hace un año por la dimisión de Francisco Martínez y la propuesta de que yo asumiera el cargo de manera interina ha llevado a un año complicado y difícil. Ya lo veo de otra manera porque ahora soy el coordinador provincial electo y eso te da más autoridad a nivel interno y a nivel personal también se ven las cosas de otra manera, sí.

-Dice que se siente usted más autorizado.

-Una asamblea tan importante como la que hemos tenido en IU te da mucho más autoridad.

-¿Por qué ese empeño en conseguir una lista única si era algo tan complicado?

-IU ha dado un paso adelante en esta asamblea en cuanto a madurez. Nosotros hemos tenido asambleas muy muy difíciles, con mucha tensión y acritud interna. Recuerdo la de Enrique Centella y Andrés Ocaña hace ya muchos años, con acusaciones duras y muchos asuntos personales. Luego hemos tenido asambleas siempre con dos candidaturas y esta última yo insisto en que es la de la madurez política, porque a pesar de las opciones, ha habido una debate sereno y sosegado y cada uno se ha posicionado. No tienen nada que ver aquellas batallas medievales a las que nos enfrentábamos con la asamblea tranquila que hemos tenido. Hemos dado un paso importante, porque como entendemos la democracia fuera lo hacemos dentro. Lo que es retrógrado es ocultar eso, como el PP, que no cree en la democracia ni en su partido ni fuera de su partido.

-A nivel interno es posible que todo haya ido bien, pero de cada al exterior se sigue trasladando una imagen de división. ¿Le preocupa eso?

-Absolutamente nada, porque nosotros damos una imagen de lo que somos, una fuerza política abierta, plural, en la que cada uno puede posicionarse donde crea conveniente y eso no suponga nada a nivel interno. Lo que es falso, como pasa en otros partidos, es que haya divisiones internas y todo el mundo lo sepa, pero como hay un ordeno y mando se oculte todo en base a una imagen falsa y errónea. Eso es lo que diferencia a IU del resto de fuerzas.

-¿Tiene más valor su triunfo por haber superado a una candidatura, la de María de los Santos Córdoba, que era la más afín a la dirección del Partido Comunista?

-Hemos ido a dos candidaturas porque hay dos modelos y dos contextos, si me apura, hasta dos generaciones diferentes. Eso no tiene más o menos valor. Sí es cierto que la dirección del PCE, a todos los niveles y no sólo de Córdoba, se posicionó a favor de la otra candidatura, donde está la consejera [Elena Cortés], la secretaria general e importantes miembros del Comité Central del partido. Pero bueno, eso se tiene que ver con normalidad y yo por lo menos no me tengo que replantear nada de eso. Estoy tranquilo. Es verdad que hay una dirección del Partido Comunista, pero de ese partido somos la mayoría de los que estábamos en las dos candidaturas, aunque en la mía había compañeros de Izquierda Abierta o de otros partidos.

-Por eso le digo que es posible que con el paso del tiempo de vea de otra manera el resultado de la asamblea.

-La candidatura que yo he encabezado es muy joven, con unos cuadros políticos jóvenes que se han consolidado ideológicamente. Es gente de una generación que plantea otro modelo de organización y otro modelo de visión externa las cosas. Le explico. Nosotros somos ya de una generación que no votó los Pactos de la Moncloa ni esta Constitución y no nos sentimos reflejados en las instituciones que nacieron de esa Transición; es decir, nosotros no creemos en una Monarquía que no representa a nadie o un Poder Judicial que está continuamente en entredicho, unos parlamentos que no legislan o unos gobiernos que no gobiernan, porque ya lo hacen otros, como la Troika. No creemos en ese modelo de sociedad y yo encabezo una candidatura que representa a una amplia mayoría en Izquierda Unida que cree que hay que cambiar esas instituciones y ese modelo de organización. Creemos en un nuevo proceso constituyente. Hay muchos en IU que apoyamos eso a todos los niveles. Por eso digo que eran dos modelos distintos en la asamblea. Nosotros hacíamos esa apuesta política distinta, valiente, a la asamblea provincial, y los compañeros y compañeras así lo han visto también.

-Entonces, según usted, ha habido un enfrentamiento entre un modelo nuevo que representa usted y otro más antiguo

-[Silencio] Quizá ha habido un enfrentamiento entre un modelo que se está agotando y otro que nace. Puede llamarse así. Pero cuidado, en ese modelo nuevo también hay gente que viene de atrás, con experiencia, pero que entienden que somos otros los que tienen que estar al frente de este nuevo cambio. Porque es verdad que en la otra candidatura también hay gente que va a trabajar con nosotros.

-¿Cuál es su visión de Córdoba en la actualidad?

-La provincia es ahora mismo un auténtico desierto industrial, pero es algo no sólo de aquí, sino extensible al resto de la comunidad autónoma y al país. En Córdoba nos falta un modelo productivo, no lo tenemos, y la economía no es capaz de echar a andar porque no hay un motor que la eche a andar. Hubo un error al creer que el ladrillo iba a ser eterno, todo en la época de Aznar y que luego siguió con Zapatero. Todo aquello, cuando se acabó, dejó a Córdoba como ese desierto que le digo. Nosotros vivimos del turismo y de la agricultura. Córdoba necesita un modelo productivo y nuestra propuesta es la agricultura, pero de manera distinta a la actual, porque Andalucía necesita una reforma agraria.

-¿Y eso cómo se logra?

-Nosotros estamos ocupando tierras de la Junta de Andalucía, que ya son nuestras, de los andaluces, lo que hay es que ponerlas a su disposición. El problema es que la mayor parte de las tierras están en manos de muy pocas familias. Sin que nadie se ponga nervioso y desde la sensatez, pensamos que la tierra tiene que estar mejor repartida y crear un modelo productivo que nos haga competitivos en Europa y se ponga en valor la inmensa cantidad de tierra que hay en esta provincia que no se cultiva y que además recibe ayudas de la Unión Europea por no cultivarse, algo totalmente surrealista. Nosotros no podemos estar en un gobierno y mirar para otro lado cuando la gente pasa hambre, por eso hemos impulsado el decreto contra la exclusión social. Pero además vamos a ir más allá, porque eso es caridad, y por eso queremos que la tierra se reparta.

-¿Y la capital?

-Vive del sector servicios y del turismo. Pero no sólo de eso puede vivir una ciudad en la que se cierran empresas todos los días y hay expedientes de empleo a diario. A ello se une que el modelo de ciudad que está llevando a cabo el alcalde es un auténtico caos y un desastre, ya que ni siquiera a él le gusta ser el alcalde, con lo que pasa más tiempo en Sevilla que en Córdoba. No le gusta que los ciudadanos se le acerquen a contarle sus problemas y está fuera de toda la realidad que vive la ciudadanía. Yo creo que está con ganas de saltar a otro terreno de juego. Y es una pena, pero es la realidad. Lo único que se pone sobre la mesa es la rehabilitación de un pabellón de Cajasur que se cae a pedazos en el que nos vamos a gastar una millonada de euros para solucionarle el problema a un banco. El PP de Córdoba sigue haciendo lo mismo que en España y que en las autonomías en las que gobierna, que es ponerse al lado de los que mandan, de los poderosos y de las grandes entidades financieras. En Córdoba el ejemplo más claro es este pabellón de Cajasur, donde se va hacer allí un chapuza y eso no va a servir para nada, porque el modelo productivo de esta ciudad no lo va a solucionar un pabellón de convenciones que está bastante alejado del casco histórico, que es lo que le da riqueza a la ciudad.

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