Córdoba

La Universitaria abre la Semana Santa

  • La cofradía del Cristo Sindónico sale por primera vez desde su nueva sede, la iglesia del Juramento

Las primeras esperas de pie. Las primeras bolsas de pipas con sus consiguientes primeros regueros de cáscaras en las calles. Los primeros silencios. Las primeras admiraciones y la primera salida oficial desde la iglesia del Juramento. La Hermandad Universitaria celebró ayer su estación de penitencia en un Jueves de Pasión en el que se encargó de abrir la Semana Santa en Córdoba, en inaugurar el periodo cofrade por excelencia. Y lo hizo a la grande; sobre todo, por las cientos de personas que se agolparon a la entrada de su nueve sede -desde su salida de San Pedro de Alcántara el año pasado-, en la plaza de San Rafael, en la de Juan Bernier, en el Realejo, en San Pablo y en Las Tendillas. Las mismas que se deleitaron con su paso hasta llegar a la Catedral donde realizó su estación de penitencia y desde la que volvió a su barrio.  En este primer desfile que preludia la Semana de Santa no hay música, no hay Marcha Real que suene, ni fiscal de horas que se encargue de dar tres golpes a la puerta del templo para dar la orden de salida, ni tampoco capirotes, sino un muñidor que tintinea una campana. Es lo que tiene ser la Hermandad Universitaria, que lleva un hábito nazareno de luto riguroso de corte franciscano y que despierta la admiración de los que esperan su salida.

Y es que, desde la cruz de guía hasta el último detalle del Paso de Nuestra Señora de la Presentación -cotitular de la hermandad-, la singularidad de esta joven cofradía de estudiantes es más que evidente.

La de ayer fue la tercera ocasión en la que esta hermandad celebró su estación de penitencia, tras la expectación generada en 2011 con el Cristo de la Universidad, una imagen esculpida por el imaginero Juan Manuel Miñarro y para la que se sirvió de estudios sobre la Sábana Santa. Sin duda, una talla que no deja indiferente a nadie y que provoca entre el gentío la sorpresa y más que un resoplido al comprobar que refleja a la perfección las marcas de los azotes que recibió Cristo en su Pasión.

El primer paso de la Universitaria salió como un susurro, sin apenas anuncio y bajo las órdenes del capataz de la hermandad, Enrique Garrido, licenciado en Historia del Arte. Eso sí, los más afortunados fueron los que vieron el paso casi a su llegada a la plaza de San Rafael, porque la talla no fue elevada hasta allí, lo que suscitó alguna que otra crítica entre el gentío. El segundo, el de Nuestra Señora de la Presentación, también deleitó al público, una Virgen pura vestida con hábito que recuerda al de una religiosa.

Como no podía ser de otra forma, la procesión contó con la presencia de representantes de la Universidad de Córdoba; entre ellos, el vicerrector de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones y Campus, Juan Antonio Caballero, y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Eulalio Fernández. Tampoco faltó el pregonero de la Semana Santa de este año, Juan Luis Sevilla Bujalance, a la postre profesor de la institución académica.

La Universitaria es una cofradía bastante pequeña, apenas son poco más de medio centenar de hermanos los que forman parte de ella, según explica su máximo responsable, Miguel Rodríguez Pantoja, quien reconoce que una de las causas de este pequeño número de integrantes se debe a que gran parte de los alumnos de la Universidad de Córdoba no son naturales de la capital. Rodríguez Pantoja también reconoce que aún no han decidido si la próxima Semana Santa podrán participar en la carrera oficial, aunque todo parece indicar que será el Martes Santo.

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