La Policía Local empezará de forma inmediata a realizar controles sorpresa, pero no de alcoholemia como los que ha estado haciendo tradicionalmente, sino centrados en labores de seguridad ciudadana como los que lleva a cabo el Cuerpo Nacional de Policía por medio de operativos que se montan para evitar la comisión de delitos. Fuentes municipales explicaron que los nuevos servicios se enmarcan en la reorganización de los servicios realizada por la delegada de Seguridad, Carmen Sousa, y que entró en vigor ayer mismo con el cambio de efectivos.

Lo habitual es que en los operativos de la Policía Local se haga soplar a los conductores en el etilómetro. Los nuevos controles se montarán con el objetivo de prevenir el menudeo de drogas o la tenencia de armas blancas o de fuego. Como todo el mundo puede imaginarse, consisten en la selección de automóviles, el cacheo de sus conductores y la realización de registros en el vehículo para saber si existen indicios de un presunto delito. La Policía Local participó en el pasado en los operativos del Cuerpo Nacional de Policía aunque solamente como apoyo para ayudar a desviar el tráfico o como asistencia a las necesidades de los funcionarios responsables del operativo.

El cambio no sólo implica modificaciones operativas sino, además, una nueva filosofía. Tradicionalmente, la Policía Local ha estado centrada en labores de control de tráfico y de que se cumplan las ordenanzas. Cuando se estaba hablando de delitos, ocupaba una posición subsidiaria del Cuerpo Nacional de Policía. La reorganización propiciada por el PP pretende que los agentes tengan una mayor aportación en esa faceta de la policía local. Para ello, se ha reorganizado el servicio del O92, que contará por primera vez con agentes de paisano tanto en coche como en motocicleta. Realizarán los servicios sin distintivos en aquellas cuestiones donde se entienda que llevar el uniforme no ayuda al trabajo policial.

El concejal del grupo socialista, Emilio Aumente, cargó contra el nuevo modelo policial emprendido por el equipo de gobierno que, dijo, tendría que ser "preventivo y centrado en la ordenación del tráfico y hacer cumplir las ordenanzas municipales". El edil cargó contra Sousa por haber reorganizado la Policía Local "con criterios políticos" que, dijo, vulneran los derechos de los funcionarios municipales. Aumente dijo, por ejemplo, que se ha modificado el destino de agentes de una barriada a otra por "no caerles bien" al equipo del alcalde, cosa que ha ocurrido en la pedanía de Cerro Muriano. Según el PSOE, las formas que se han seguido llegan a ser "sectarias y dictatoriales", basadas en criterios sólo políticos "y no profesionales".

Aumente cargó, entre otras cuestiones, contra el servicio de fotogrúa que ha puesto en marcha el Ayuntamiento y que, dijo, "supone un atraco a mano armada". El sistema se basa en el uso de unas grúas dotadas de cámaras en las que el operario, empleado de una empresa privada, remite unas fotografías al Policía Local que las valida con la información que le llega. Aumente aseguró que se trata de una información sesgada puesto que el funcionario no puede ver el contexto en el que se produce la información.

La retirada de un vehículo en horario de mañana o tarde supone 200 euros de multa más 111 euros, 311 euros en total. Si se produce por la noche asciende a 377,3 euros (200 euros de sanción más 177,3 del servicio de grúa) aunque, al parecer, las fotos no se reciben con calidad durante la noche.