La Gerencia de Urbanismo modificará la normativa que regula la implantación y funcionamiento de los quioscos que se instalan en la vía pública, tanto los que se dedican a la venta de prensa y revistas como los que centran su actividad en las golosinas (arropías, según la incorrecta definición municipal). Uno de los cambios principales es que la norma tendrá un régimen sancionador propio que permitrá al Consistorio multar a los titulares de los quioscos por cuestiones como el uso de la calle para apilar mercancías o la colocación de publicidad no autorizada que exceda las condiciones previstas en la propia ordenanza.

El régimen sancionador establece que las infracciones leves tendrán una multa de 750 euros mientras que las graves podrán llegar hasta los 1.500 euros y las muy graves, hasta los 3.000 y la revocación de la concesión municipal. Los supuestos de sanción son variados. Como se ha dicho, no se podrá tener material en la calle, ni personal auxiliar que el Ayuntamiento no tenga registrado (el quiosco tiene que explotarlo una sola persona, la titular de la licencia, aunque puede contratar a un trabajador si lo comunica al Consistorio), tendrán que disponerse de forma visible las autorizaciones necesarias y no se podrá explotar más de un negocio de estas características. También se podrá recibir una sanción si no se cumplen los horarios de apertura señalados en la legislación andaluza de comercio o si se venden productos para los que no exista autorización expresa por parte del gobierno municipal.

El Ayuntamiento ha modificado en el anteproyecto de la ordenanza los detalles del régimen de tenencia de las licencias. Según el teniente de alcalde de Urbanismo, Luis Martín, los permisos se darán por un máximo de 50 años, como actualmente, aunque con un régimen distinto de renovaciones, cada diez años. Pasado el medio siglo, la licencia volverá a salir a concesión. El equipo de gobierno ha explicado que el desarrollo de las concesiones se realizarán por motivos sociales, teniendo en cuenta aspectos como la renta del solicitante o si presenta un grado de minusvalía. No se podrá comercializar sin permiso del Consistorio las licencias, asegura el anteproyecto de la ordenzanza. Se mantienen las distancias de 250 metros entre quioscos de la misma rama de actividad sobre emplazamientos previamente aprobados por la Gerencia de Urbanismo.

Uno de los aspectos más curiosos del asunto es que la norma advierte que se acabaron los permisos para puestos en los que se desarrolle la actividad tradicional de freír jeringos.