Córdoba

El Centro es la zona de la ciudad que soporta el mayor nivel de decibelios

  • La peatonalización de la calle Cruz Conde favorece la proliferación de nuevos establecimientos de hostelería de pequeño formato que conviven con las discotecas de moda

Ruido durante el día, ruido durante la noche. Con este problema tienen que convivir a diario los vecinos del Centro de la ciudad, ya que en estos momentos es muy complicado encontrar un bloque cuyo local no esté ocupado por un nuevo establecimiento hostelero, un pub o una discoteca. De este modo, a pesar de que el tráfico rodado se ha restringido en muchos puntos, el nivel de decibelios más alto se concentra actualmente en este punto de la ciudad.

Mientras muchos disfrutan de una copa o un buen rato de charla con los amigos, otros ven pasar las horas sin poder conciliar el sueño por el fuerte ruido que entran por sus ventanas. Por ello, en los últimos meses no es nada extraño que las asociaciones de vecinos de la zona reciban quejas constantes en las que los inquilinos denuncian que la proliferación de locales está haciendo casi imposible vivir en sus propias casas. El presidente del colectivo vecinal Casco Histórico, Rafael Marti, asegura que el principal escollo se encuentra en la calle Cruz Conde con la apertura de nuevos bares de pequeño formato. "La peatonalización de esta vía en lugar de traer tranquilidad ha generado un nuevo problema", insiste. Y es que los nuevos establecimientos, que ocupan los locales de las tiendas que han tenido que cerrar debido a la crisis económica, además de generar ruido, quitan espacio para que los transeúntes paseen tranquilamente por la zona. "Hay vecinos que están muy cabreados porque estos negocios no respetan los horarios de cierre, las normas de ocupación, ni cuentan con las condiciones mínimas que exige la normativa vigente para abrir un local de estas características", asegura.

El problema no sólo se reduce a la calle Cruz Conde, también se extiende al entramado de calles que la rodean. Así, la plaza San Miguel o la calle María Cristina también se han convertido en los últimos meses en una opción muy suculenta para los nuevos empresarios que han querido probar suerte con un negocio hostelero. Todo ello sin dejar de lado zonas un poco más alejadas, pero que también forman parte de la zona Centro, como la avenida Gran Capitán, donde en estos momentos las aceras están completamente abarrotadas de veladores. "Si a esto no se le pone freno dentro de aquí a unos cinco años la calle Cruz Conde y, por consiguiente todo el Centro, se va a convertir en un gran bar", recalca Marti.

Estas nuevas tendencias se tienen que tener muy presentes en la nueva redacción del mapa del ruido, que se revisará próximamente, para cumplir así con los trámites incluidos en la normativa en la que se estipula que el mapa debe revisarse cada cinco años, plazo que está próximo a cumplirse pues la aprobación del primer documento se realizó en el año 2008. Este informe señalaba a zona de las Tendillas como uno de los puntos de la ciudad que soportaba un mayor volumen de decibelios, pero debido al paso de vehículos. Tras prohibir el paso de tráfico rodado por la calle Cruz Conde, ya no es el tráfico el principal problema, pero sí que se tiene que tener en cuenta el ruido generado por los locales de ocio.

Y es que, junto a los pequeños bares, en los últimos años la movida nocturna también se ha concentrado en el Centro, como, por ejemplo, en la calle Góngora o en la calle Teniente Braulio Laportilla, después de que el boom del Plan Renfe y las discotecas de los polígonos perdiesen fuelle. Pero, en todo este proceso no se puede perder de vista cuál fue el origen de las primeras denuncias vecinales a causa del ocio nocturno: Ciudad Jardín y su polémico botellón. De ello hace más de una década. Fue a finales de los 90 cuando los vecinos de esta zona, sobre todo los de Gran Vía Parque, los que unieron fuerzas para conseguir que el conocido botellón desapareciera de este punto. Aunque, finalmente, fueron unas obras en este enclave las que consiguieron de una vez por todas erradicar la presencia de los jóvenes en la calle durante la noche, sobre todo los fines de semana.

Ahora, tal y como asegura la presidenta de la asociación Nueva Ciudad Jardín, Aurora Domínguez, "todo está mucho más tranquilo". Gran Vía Parque se ha convertido en una zona de paseo y en la calle Alderetes, otro de los puntos conflictivos, sus vecinos pueden dormir sin los altercados de años atrás. No obstante, aún no se puede decir que todo se haya convertido en una balsa de aceite. Ahora el problema se encuentra en la puerta de varios bares, por ejemplo de la calle Magistral Seco de Herrera, en los que, según Domínguez, los vecinos se quejan de las molestias derivadas de la conocida ley antitabaco. "Ahora los clientes se salen a la puerta a fumar lo que provoca ruido y suciedad", puntualiza. Pero, este problema no es exclusivo, ya que son muchas las asociaciones vecinales que han levantado la voz para denunciar la presencia de más veladores en la calle y los problemas que de ello deriva a causa de prohibir fumar en el interior de los locales. "Lo que no se puede tolerar es que para un bien para algunos se perjudique a muchas otras personas", asegura la presidenta.

En el nuevo mapa del ruido otra de las zonas que no debe de quedar atrás es la calle Alfaros y la Puerta del Rincón. Su asociación lleva años pidiendo al Ayuntamiento soluciones para acabar con la contaminación acústica que padece la zona a causa del paso de los vehículos y por los bares de copas instalados en este punto. La Gerencia de Urbanismo ya empezó en abril de 2011 los trámites para convertir dichas vías en Zona Acústicamente Saturada, una medida contemplada en la legislación que permite tomar medidas coyunturales para reducir las molestias que se producen en un vecindario concreto ante las actividades que allí se realizan. Pero, según el presidente del colectivo, Jerónimo Carrillo, hasta el momento se desconoce cómo se encuentra ese proceso. No obstante, hace tan sólo unos meses el Consistorio realizó una serie de actuaciones para reducir un 30% el ruido que genera el paso de vehículos. "Esas obras han favorecido a que los vecinos no escuchen tanto el paso de los vehículos, pero no han impedido que en la actualidad tengamos que soportar el mismo volumen de tráfico", asegura Carrillo. Y es que para los residentes de la zona el Consistorio debe actuar para que los conductores no tomen esta vía como atajo para atravesar la ciudad sin tener que dar grandes rodeos. En este sentido, el presidente puntualiza que el equipo de gobierno instalará a principios de año una cámara en la entrada de la calle San Fernando "con lo que esperamos que la cosa mejore".

Otra de las trabas para conseguir su objetivo se encuentra en las líneas de autobuses urbanos que pasan por Alfaros durante su recorrido. En este momento tres líneas de Aucorsa que circulan por esta calle, además de los autobuses escolares. "Al ser vehículos de grandes dimensiones provocan, además de las molestias acústicas, un problema para los viandantes que a veces tienen que subirse en los escalones hasta que el autobuses pasa a su lado", detalla Carrillo.

Pero el principal escollo se encuentra en los bares de copas. En este sentido, el colectivo vecinal ha pedido al Consistorio en repetidas ocasiones que actúe para realizar controles en estos locales, que tantas molestias les generan. Alfaros es una zona nocturna de Córdoba de larguísima trayectoria que ha ido poblándose paulatinamente de locales de copas que tienen sus noches fuertes a partir del jueves. Los residentes siempre han mostrado su deseo de que en lugar de albergar bares, este punto de la ciudad se convierta en un espacio cultural. Pero, por el momento todo se mantiene en un sueño. Ahora queda por ver si finalmente el nuevo mapa de ruidos, encargado ya al Área de Medio Ambiente, refleja su problemática y de una vez por todas, tengan en su poder un documento oficial que recoja que los decibelios que soportan superan los parámetros establecidos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios