sanidad Proyectos empresariales en los últimos 15 años

Los otros intentos de hospital privado

  • Los doctores Povedano, Concha, Sánchez de Puerta y Cruz encabezaron el primer plan, en 1998 · Desde entonces se han sucedido otros tres, incluida la reciente iniciativa del complejo Averroes en el Tablero Bajo

Han pasado casi 15 años desde que un grupo de prestigiosos médicos de Córdoba apostó por la construcción de un hospital privado de alta tecnología, el primer proyecto de envergadura en la ciudad desde la puesta en pie del San Juan de Dios -inaugurado en 1935- y Cruz Roja -en 1933-. Los alrededor de 30 millones de euros, entonces 5.000 millones de pesetas, las 145 habitaciones de hospitalización, y el grupo de especialistas dispuestos a dar el paso al frente, daban buena cuenta del salto de calidad pretendido en el sector privado. La falta de financiación, según unos; las trabas a la hora de encontrar suelo u obtener los pertinentes permisos urbanísticos, según otros; o simplemente la alargada sombra del Hospital Reina Sofía, referente en Andalucía; dieron al traste tanto con éste como algunos otros de los intentos posteriores.

Este primer esbozo surgido en 1998 fue el primero de los muchos amagos que ha habido en la ciudad, pero sólo unos pocos llegaron a ver algo de luz al final del túnel. Prasa, por ejemplo, dio continuidad a la iniciativa anterior algunos años más tarde e incluso llegó a disponer de una reserva de suelo en Rabanales 21. Más recientemente ha sido Capio quien se ha asomado al escaparate para dar a conocer un plan aún más ambicioso que los anteriores y en esos mismos días el propio Ayuntamiento aseguró que tenía más propuestas sobre la mesa, entre ellas las de USP y Nisa, que, como la anterior, cuentan con una dilatada experiencia en el sector privado de la Sanidad.

Ya sea por dinero, suelo disponible o cierto temor al fracaso por la cercanía del gigante del Reina Sofía, lo cierto es que a día de hoy no hay un solo ladrillo de más en este sentido. Aunque las fuentes del sector sanitario consultadas por El Día consideran que todos estos proyectos siguen latentes, lo cierto es que los únicos hospitales privados que funcionan en Córdoba son Cruz Roja, San Juan de Dios y la Arruzafa, que entre todos suman 273 camas. De ellos, el de la avenida del Brillante verá incrementadas sus instalaciones en menos de un año y se situará en 220 unidades de hospitalización. Quedarán rezagados Cruz Roja, con 129, y la Arruzafa, que sólo dispone de cuatro.

1998

Cajasur, Cruz Roja y un grupo de médicos aunaron fuerzas a finales de la década de los 90 para tratar de desarrollar un proyecto que prestara servicio a la cada vez más creciente demanda de sanidad privada -en la actualidad, según datos del Colegio de Médicos, en torno al 25% de los habitantes de Córdoba forman parte de alguna compañía y, por tanto, son usuarios potenciales-. Lo registraron con el nombre de Nuevo Hospital de Córdoba y crearon una fundación para terminar de lanzar la iniciativa. Llegaron incluso a reunirse con el entonces ministro de Trabajo, Javier Arenas, para dar a conocer su plan y empezar a buscar sirio. Los promotores quisieron ir de la mano de Cruz Roja y asumir la plantilla.

El proyecto, con buena acogida, perdió fuelle y tuvo que ser José Romero, presidente de Prasa, quien lo retomara para darle un impulso. El paso siguiente fue la incorporación de Elvira Guilera, una persona con amplia experiencia en la puesta en marcha de estas instalaciones. Fue en esta nueva fase cuando las reuniones empezaron a dar resultados. El hospital estaba concebido como una construcción modular con varias plantas subterráneas, 145 habitaciones y todas las especialidades médicas. Contaba hasta con un emplazamiento, unos terrenos de Prasa en las inmediaciones del Castillo de la Albaida, y hasta una inversión estimada de 30 millones de euros, entonces una suma muy considerable.

Pese a lo avanzado del proyecto, no tuvo la fuerza suficiente y empezaron a surgir problemas, entre ellos la falta de "empuje empresarial". También hubo algunas trabas urbanísticas motivadas por la localización de los terrenos, en la misma falda de la Sierra, una zona con una especial protección. Aquello supuso un varapalo para todos, en concreto para los médicos, muy convencidos de que el Nuevo Hospital de Córdoba podría salir adelante.

2007

El segundo intento fue una herencia del anterior, que había languidecido algunos años antes. A partir de 2007 surgieron nuevos movimientos, ahora de la mano de Prasa y, de nuevo, con el notable aval profesional del mismo grupo de especialistas que abanderaron el Nuevo Hospital de Córdoba. Desechada la idea de los terrenos próximos al Castillo de la Albaida -se llegó a hablar en alguna reunión de un solar cercano al Reina Sofía-, las miradas se dirigieron a Rabanales 21. Este segundo proyecto contaba con una mayor envergadura si cabe, ya que estaba previsto un centro de alta tecnología sanitaria de 43.000 metros cuadrados repartidos en varias plantas sobre una parcela de un total de 22.000 y una inversión de 140 millones de euros. En términos comparativos, este centro iba a ser casi cuatro veces más grande que Cruz Roja y su presupuesto cuatriplicaba de largo los 30 millones del primer boceto. Las 200 camas y las dos suites por planta dejaban claro que el complejo se asemejaba a un hotel de lujo.

Esta nueva tentativa tuvo en torno a tres años de vida, pero, de nuevo, volvieron a surgir problemas. El factor económico fue el más destacado de todos los obstáculos, ya que en 2009 España, y el mundo empresarial, empezaban a sentir los efectos de la crisis. Faltaba, en definitiva, dinero -y financiación- para convertir este proyecto en realidad.

2011

La línea sanitaria de la empresa Capio se convirtió en impulsora del tercer proyecto de hospital en Córdoba. Con los números sobre la mesa, se trataba de la apuesta más fuerte y ambiciosa. Los responsables de Capio llegaron a la capital sin suelo, pero con las ideas muy claras. Aseguraban que Córdoba necesitaba un gran hospital privado y ellos, dentro de su estrategia de entrar en Andalucía -tienen una gran implantación en las comunidades de Madrid y Valencia-, parecían tener la receta para lograrlo. El hospital de Capio barajaba una inversión de 150 millones de euros, sólo para comprar el suelo y levantar el edificio, y un macro proyecto en el que habría que destacar, entre otros capítulos, los 250 puestos de trabajo directos que iba a generar, sus 260 habitaciones, una decena de quirófanos, medio centenar de consultas y casi 80 puestos de Urgencias aparte de tecnología sanitaria punta.

Capio tenía también muy claro que su ámbito geográfico de actuación no se ceñiría a Córdoba. Su radio también incluia las provincias limítrofes de Jaén, Sevilla y Málaga. Además, el arquitecto con más papeletas de hacerse cargo del proyecto era el cordobés Rafael de La -Hoz, el mismo que encabezó el centro sanitario de Móstoles. Sin embargo, y a pesar de la madurez del proyecto, la iniciativa se vio paralizada, en parte por la crisis económica y la incertidumbre que han generado los últimos recortes en la materia.

2012

El Hospital Averroes ha sido el último proyecto en llegar. Las cifras que acompañan a este nueva iniciativa no son tan desorbitadas como las anteriores, pero suficientes para apuntalar la Sanidad privada cordobesa. En concreto, el hospital, que está previsto que se levante en la zona del Tablero Bajo -junto a las instalaciones de Fepamic-, requiere un esfuerzo económico de 38 millones de euros, de los que 25 estarían destinados a la construcción del edificio. El gasto mayor, dos millones, está dedicado a la informatización de todo el edificio. En orden de importancia le sigue el TAC, con 1,8 millones y la dotación prevista para los laboratorios, que rondará los 1,5 millones. El equipamiento de los quirófanos será de 1,2 millones y servirán para la atención de distintas especialidades. El resto, hasta alcanzar los 13 millones previstos en tecnología se destinarán a otros conceptos hasta completar el equipamiento previsto para este nuevo hospital privado cordobés.

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