Las medidas de presión que están tomando los médicos del Reina Sofía están empezando a surtir efecto. La que más tensión ha provocado en la dirección del complejo sanitario cordobés es la dimisión en bloque de los tutores de los médicos MIR, que son los responsables de acreditar la formación de los residentes y, por tanto, de dar el visto bueno a esta etapa previa a la especialidad facultativa. La dimisión de los tutores MIR salpica a dos administraciones, el Gobierno central, a través del Ministerio de Educación, y la Junta de Andalucía. La administración autonómica pierde capacidad docente y deberá buscar otras vías para formar a los residentes.

Según se puso de manifiesto en la asamblea celebrada ayer en el hospital, la medida ha creado una gran crispación en la dirección del centro sanitario, hasta el punto de que algunos de los tutores están recibiendo "advertencias". Esto demuestra que la iniciativa "está haciendo daño", según apuntaron los portavoces. Otro de los puntos que da muestra de la repercusión de la iniciativa es que ya la están adoptando en otros complejos sanitarios andaluces, como es el caso del Carlos Haya de Málaga o el Virgen de las Nieves en Granada. En este sentido, el comité de crisis que se ha creado para dirigir todas las medidas de actuación aseguró ayer que es fundamental mantener la comunicación con el resto de hospitales para hacer más presión y conseguir más repercusión de las propuestas. En Córdoba hay algo más de medio centenar de tutores MIR -al menos, uno por servicio- y en torno a unos 300 facultativos que se encuentran en esta etapa de formación, unos 260 en el propio hospital y el resto en atención primaria.

La asamblea también acordó ayer aplazar hasta después del verano otra de sus propuestas como es la "dimisión en bloque" de las unidades de gestión clínica. Esto supone la salida de todos los profesionales que trabajan a instancias del responsable de este servicio. La asamblea continúa con su calendario de movilizaciones y seguirá tomando la iniciativa para intentar parar los ajustes que la Junta ha aplicado en el sector sanitario, pero considera que no se puede tomar esta decisión durante el verano, cuando muchos profesionales están fuera de vacaciones y temen que el movimiento que se ha creado pierda fuerza. Los facultativos, no obstante, ya están aplicando este modelo, que supone volcarse en su tarea asistencial al paciente -incluso llegando el cuidado extremo- pero sin atenerse a los objetivos que les marca la unidad. El problema es que los médicos están consultando con abogados si la dimisión en bloque no supondría una ilegalidad dentro del compromiso que se tiene contraído con el hospital. En concreto, se está redactando un escrito en el quede clara la postura del personal sin caer en ningún error legal.

Los portavoces consideran, según dejaron claro ayer en la asamblea, que el verano es una época en la que la presencia médica es menor y "no queremos dar señal de debilidad". Así, decidieron no celebrar reuniones diarias para "no cansar" al personal y fijar la próxima asamblea y concentración para el próximo 11 de julio.

Una de las nuevas medidas que se aprobó a propuesta de varios asistentes fue la de no proporcionar datos ni estadísticas sobre la actividad del Reina Sofía que desde el hospital se pueda utilizar para vender la buena imagen del complejo sanitario. Los facultativos se mostraron en contra de que la página web del hospital "sólo contemple buenas noticias" y no incluya la situación de tensión que se ha establecido entre la gerencia y los profesionales sanitarios. El comité de crisis ratificó las iniciativas que se aprobaron el miércoles como la de informar a los ciudadanos de la situación y explicar el impacto de los recortes. Sobre el desmarque del Colegio de Médicos de las medidas de presión impulsadas por el colectivo, en la asamblea aseguraron que es la actitud "habitual" que tiene el órgano colegial pero agradecieron el apoyo.