Un vecino de Córdoba capital ha aceptado una condena de tres meses de prisión tras reconocer que guardaba en su ordenador numerosas imágenes de contenido pedófilo, un hecho que salió a la luz en noviembre del año pasado a raíz de una investigación de la Brigada de Investigación Tecnológico del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes constataron que desde la dirección IP del ordenador del procesado "se venían realizando numerosas descargas de archivos infromáticos de pornografía infantil", por lo que un juzgado de instrucción de Madrid autorizó la investigación de la dirección, así como la línea telefónica de conexión, su titular y la ubicación de la misma. La investigación se trasladó a Córdoba.

Ello motivó que el Juzgado de Instrucción número 5 dictase el 2 de noviembre del año pasado un auto de entrada y registro a un domicilio y un local propiedad del sospechoso, adonde los agentes acudieron aquel mismo día. En el local comercial, los uniformados encontraron un equipo informático clónico y se incautaron de tres DVD con un total de 17 archivos en los que, según la resolución judicial, "aparecen numerosas fotografías de menores manteniendo relaciones sexuales explícitas". Los policías también se incautaron de tres discos duros y un ordenador conectado a internet, en el que también encontraron "archivos de fotos y vídeos de carácter pedófilo".

La Fiscalía Provincial de Córdoba solicitaba originalmente una condena de nueve meses de prisión, que luego redujo a tres meses después de que el individuo reconociera los hechos. Fuentes judiciales informaron de que el juzgado podría sustituir la condena por una multa en el caso de que, en el plazo de dos años, el encartado no vuelva a sentarse en el banquillo de los acusados.

El anonimato que reporta internet se ha convertido en los últimos años en un cauce habitual para la comisión de delitos, hasta el punto de que la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía cuentan con brigadas especializadas en este tipo de infracciones penales. El intercambio de archivos pedófilos o las calumnias son delitos cada vez más frecuentes.