reivindicación Ciudadanos en busca de una "democracia real"

Más motivos para la indignación

  • Alrededor de 1.500 personas asisten en Córdoba a la manifestación que celebra el primer aniversario del 15-M · Los responsables subrayan los logros conseguidos y marcan como reto una mayor organización

Contra las perversiones del sistema, el grito urgente de los afectados, la rebelión incruenta de los golpeados, la protesta mancomunada de los que siempre pagan. El mensaje del 15-M renace un año después para denunciar que casi todo va a peor con una renovada estrategia de invasión del espacio público que recicla elementos de la gran oleada de 2011 e incorpora otras líneas y desafíos. Principalmente, el reto de la organización, fundamental para alcanzar conquistas y de muy difícil consecución por la naturaleza dispersa y coral del movimiento. Córdoba fue ayer una de las ciudades en que los indignados volvieron a alzar la voz para exigir un cambio drástico en las reglas del juego, reivindicar una "democracia real" y lamentar los ataques al estado de bienestar. Entre 1.500 y 2.000 personas, según los organizadores, participaron en una manifestación que arrancó frente a la Cruz Roja y desembocó en el Vial Norte, que será escenario hoy de diversas actividades. Estuvieron presentes el coordinador provincial de IU en Córdoba, Pedro García, la concejala de esta formación Pepa Contreras y representantes sindicales.

"Ha pasado un año y el movimiento sigue vivo", indicó una de sus integrantes, de nombre Paqui (una de las singularidades del 15-M, rebautizado para el aniversario como 12-M, es su rechazo a los portavoces oficiales, consecuencia de su apuesta por la vulneración de las jerarquías y la aceptación colectiva de las responsabilidades), que subrayó que a lo largo de los últimos meses "se han llevado a cabo diversas líneas estratégicas y se ha avanzado en distintos campos como la paralización de desahucios y de órdenes de expulsión de inmigrantes". "El movimiento se demuestra al andar, y aquí, por encima de partidos políticos y sindicatos, todos estamos en calidad de ciudadanos responsables que defienden sus derechos", añadió.

La manifestación, a la que acudieron personas de muy diversas edades y que tuvo un aire de secuela y un fondo de desencanto nostálgico asociado con cierta anarquía infantil, estuvo encabezada por el mensaje Frente al ataque a nuestros derechos y libertades. De la indignación a la organización. No fue un simple paseo. Para dotarla de contenido, los organizadores prepararon una serie de pequeños discursos y de acciones teatrales que se desarrollaron a lo largo del recorrido. En la intervención inicial, leída por un portavoz con megáfono y camiseta roja de whisky Dyc, emergió el deseo compartido de convivir en "una verdadera democracia" en la que las personas no sean consideradas "mercancías en manos de políticos y banqueros". Y es que, un año después de la histórica revuelta, las dos castas citadas "han seguido dando motivos de indignación". "No basta" por ello "con una manifestación": los ciudadanos tienen la obligación de "organizarse para dar respuesta a los ataques". Y, eso sí, una matización repetida y pertinente: "Éste es un movimiento pacífico" y que no admite tutelas más allá de las que imponen, entre la justicia y el romanticismo, la razón y el arrebato, el deseo y la utopía, los valores que determinaron su origen.

La masa se puso en marcha y las voces hasta entonces múltiples y erráticas convergieron en un enfático "¡Que no, que no, que no nos representan!". En el registro de lemas y consignas (con alternancia de clásicos y piezas nuevas, como en los conciertos) también figuraron "No nos da la gana, la banca siempre gana", "Cuando el pueblo camina palante los mercados caminan patrás", "Obrero, despierta, el parto está en tu puerta", "A ti que estás mirando también te están robando", "Rebelde sin casa, revolución de masas", "Queremos solución, los banqueros a prisión" y el curioso "Tengo una carrera y como mortadela".

En las primeras filas se elevaba una guillotina con la frase "Nosotros te sabemos recortar". Pancartas sobre Bankia, en defensa de la educación, la sanidad y las pensiones y en contra de la gestión en Córdoba del actual equipo de gobierno, del PP. En camisetas y pancartas, una idea multiplicada: "No somos antisistema, el sistema es antinosotros". Y la protesta tomando cuerpo en cartulinas, murales, sábanas, pegatinas: "No podemos apretarnos el cinturón y bajarnos los pantalones a la vez".

El foro ocupará hoy el Vial Norte con una serie de actividades (debates, exposiciones, asambleas) partir de las 12:00. Habrá una comida popular con "precio libre" y un taller de elaboración de jabón.

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