Córdoba

Cultura autoriza la investigación arqueológica de la Ronda Norte

  • El Ayuntamiento tendrá que ceder todos los suelos precisos para la infraestructura como parte de un futuro convenio de colaboración para crear la nueva carretera

La Delegación de Obras Públicas de la Junta de Andalucía tiene ya toda la documentación técnica preparada para la licitación del primer contrato que supondrán los trabajos iniciales de la Ronda Norte, la mayor inversión en una sola infraestructura pública que se quiere llevar a cabo en Córdoba capital. La Consejería de Cultura dio su visto bueno definitivo al plan de excavaciones arqueológicas de la carretera, que consiste en la apertura de docenas de catas arqueológicas en forma cuadrangular o rectangular, según la posibilidad de que aparezcan restos arqueológicos, a lo largo de todo el tramo de las futuras obras. En total, se pretende excavar desde la zona de la Arruzafilla hasta la Asomadilla, siguiendo el trazado de la futura carretera y de sus ramales de acceso, informó el delegado de Obras Públicas, Francisco García Delgado.

El departamento responsable realizó un primer documento propuesta a Cultura que esta consejería decidió que había que ampliar con el propósito de despejar incógnitas que pudieran aparecer a lo largo de la intervención. La resultante ha sido la de un proyecto de intervención arqueológica modificado al alza más intensivo que tiene que servir para explorar qué existe bajo el subsuelo de los miles de metros afectados por la Ronda Norte.

La apertura de la investigación arqueológica no implica el inicio de las obras, pero sí conforma un paso muy importante de cara a la posibilidad de licitar el contrato, algo que no va a ser de hoy para mañana. La Junta de Andalucía decidió que esta infraestructura -muy contestada desde el movimiento conservacionista y las entidades que defienden la movilidad sostenible- se llevaría a cabo mediante el proceso de colaboración público-privada. Ello obliga a que sea una empresa quien lleva a cabo la obra, que la Administración abona en plazos anuales durante un máximo de tres décadas. Los condicionantes del proceso obligan a que la obra no se pueda licitar hasta que todas las incógnitas queden resueltas, de forma que la contratista privada no asuma ninguno de los riesgos -incrementos presupuestarios, modificaciones de proyecto- que implica tomar con vestigios arqueológicos de valor.

El proyecto arqueológico divide las obras en cuatro tramos que reciben los nombres de las letras A, B, C y D. A cada tramo, se le ha asignado una probabilidad de hallar distintos tipos de resto basándose en la información disponible de otras intervenciones arqueológicas, fuentes documentales o la carta de riesgos (un documento municipal que establece los lugares con mayor densidad de restos arqueológicos en el término municipal).

La mayor parte del trazado de la ronda está afectado, en mayor o menor medida, por posibles restos de arrabal, cuyo grado de conservación conforma uno de los debates de la arqueología oficial en Córdoba. De uno de los tramos, entre los kilómetros 1,5 a 2,175 del proyecto, se cuentan con pocos antecedentes por lo que los arqueológicos trabajan a expensas del resultado de las excavaciones. El proyecto cita también que entre los kilómetros 2,7 y 3,2 se espera menos densidad de restos que de ese punto al kilómetro 3,8 existe una menor afección arqueológica del proyecto. Además, se espera hallar, al menos, una necrópolis y edificaciones singulares. La existencia de necrópolis en el trazado de la Ronda de Poniente significó el desarrollo de un costoso y detallado proceso, en el que se llamó a expertos, según el cual se retiraron con métodos arqueológicos y antropológicos el 50% de los restos mortales que aparecieron en el trazado de la carretera. Durante el desarrollo de aquella investigación, aparecieron dos edificios singulares que se han conservado mediante distintas técnicas en el trazado de la Ronda.

Francisco García ha cifrado el coste del proyecto arqueológico en dos millones de euros, aunque se reconoce que el dato del presupuesto y el plazo de actuación son poco previsibles en el desarrollo de operaciones de este tipo, que afectan a miles de metros cuadrados. Las obras, además, se tendrán que desarrollar con vigilancia constante.

Además, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento han reactivado los trabajos de redacción del convenio que tendrá que regular la promoción de la Ronda Norte. En estos momentos, existe un primer borrador que fue remitido desde la Junta al anterior equipo de gobierno. Ya se han mantenido los primeros contactos donde se han llevado a cabo los primeros trabajos sobre este asunto.

En principio, el Ayuntamiento tendrá que entregarle a la Junta de Andalucía la totalidad de los terrenos afectados por la Ronda Norte, como ya ocurrió con los trabajos de la de Poniente. En aquel caso, la operación fue un complejísimo caso de puzzle urbanístico. Aquella carretera atravesaba una multitud de propiedades recién recalificadas por el PGOU, lo que obligó a establecer convenios urbanísticos para compensar a la propiedad con solares de los planes parciales colindantes, lo que en realidad evitó una inversión millonaria por parte del Ayuntamiento.

En este caso, la nueva infraestructura atraviesa de Este a Oeste todo el distrito Norte de la ciudad afectando, básicamente, a suelos de propiedad pública, cuya responsabilidad es de la Agencia Andaluza del Agua, de Educación o del propio municipio.

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