Córdoba

Se alquila avión cultural y restaurante

  • El Consistorio busca una empresa que instale un negocio de hostelería junto al DC7 y que financie la totalidad de la programación de actividades que se pretende llevar a cabo en el antiguo aeroplano

El Ayuntamiento, con un problema de limitación de fondos bastante fuerte, ha decidido explorar a quién se le puede cargar con el coste de explotar el famoso avión cultural, una de las últimas medidas adoptadas en la materia por el anterior gobierno municipal, que consistió en reparar un viejo DC7 que llevaba años aparcado en el aeropuerto de Córdoba y colocarlo en el Balcón del Guadalquivir. Lo ha realizado mediante una de las fórmulas más antiguas: permitir la explotación de un local de hostelería en la zona verde pública. La sociedad mercantil que esté dispuesta a quedarse con el restaurante, tendrá que hacerse cargo de la programación que se realice desde el Ayuntamiento en el aeroplano.

El contrato, que acaba de salir a licitación municipal, es bastante sencillo. El Ayuntamiento no pone un euro, facilita un listado de actividades culturales a gestionar durante el año y, a cambio, la sociedad adjudicataria tendrá que realizar la inversión de poner en marcha el restaurante y establecerse como organizador de la prorgramación. En el contrato ya figura un anexo de iniciativas de obligado cumplimiento. El departamento responsable de la gestión es Presidencia, cuyo titular es el popular Miguel Ángel Torrico. Una de las peculiaridades es que una parte del baremo pasa por desarrollar actividades gastronómicas de cocina de vanguardia, que otorgan hasta 20 puntos de la nota final entre las ofertas presentadas. En el informe de licitación se explica que el DC7 pretende convertirse en una referencia de determinadas disciplinas contemporánesa como la fotografía, las artes digitales, las performances o la literatura, entre otras.

Está claro que el Consistorio busca el gasto cero. La empresa que quiera hacerse cargo del restaurante no sólo tendrá que hacerse cargo "del coste íntegro" de las iniciativas culturales que se lleven a cabo. Además, corre por su cuenta toda inversión que se genere en la adquisición de material interior y exterior, incluidos los que pueda necesitar el avión para el desarrollo de su actividad. Se citan un equipo de imagen, de sonido ambiente y directo (al menos, con dos micros inalámbricos), paneles móviles para exposiciones o un atril para lecturas y confierencias. El avión cultural ya tiene preinstalado un equipo de imagen compuesto por un conjunto de ocho pantallas de televisión de 32 pulgadas, dos de 47 pulgadas, un equipo informático y una mesa de sonido.

La gestión de este espacio ya produjo algún tipo de polémica en el mundo cultural local, cuando se denunció, por parte de una plataforma de artistas, que el anterior gobierno municipal pretendía dar la gestión de la dotación a dedo. El modelo establecido finalmente es el de la colaboración público-privada con control municipal de los contenidos.

La apertura del proceso de licitación abre una iniciativa de concurrencia sobre un canon mínimo previamente fijado. El Consistorio quiere, al menos, obtener 21.500 euros anuales, IVA incluido, lo que supone una renta mensual algo superior a los 1.700 euros. El contrato tiene una duración máxima de una década aunque se permite una prórroga por un lustro añadido. En el baremo definitivo se premia a las empresas que aumenten la renta mensual y reduzcan el canon. A su vez, la aceptación de las condiciones explicita que ambas instalaciones deben estar abiertos en el plazo de dos meses, que se pueden reducir en la programación que presenten las empresas.

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