La última parte de El Hobbit, con la que Peter Jackson se despide del mundo de J.R.R. Tolkien después de casi dos décadas, se adelanta al resto de estrenos de la semana con el objtivo de superar las cifras de recaudación de sus anteriores entregas. Después de El Hobbit: Un viaje inesperado y El Hobbit: La desolación de Smuag, estrenadas en diciembre de 2012 y 2013, respectivamente, El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos aterriza en las salas con una historia desarrollada 60 años antes de los acontecimientos narrados en El señor de los anillos. El film intentará superar los 817 millones de euros de recaudación que consiguió la primera entrega, la más taquillera de la saga.

La cinta cuenta en su reparto con Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Evangeline Lilly, Lee Pace, Luke Evans, Cate Blanchett, Orlando Bloom, Benedict Cumberbatch y Aiden Turner, entre muchos otros. Su argumento se centra en el desenlace de las aventuras de Bilbo Bolsón, Thorin Escudo de Roble y la Compañía de los Enanos. Cuando éstos reclamaron su patria al dragón Smaug, desataron sin querer una fuerza malvada en el mundo y, furioso, Smaug descargó llamaradas de ira sobre los habitantes indefensos de Ciudad del Lago.

Thorin, consumido por la obsesión de reclamar su tesoro, sacrificó la amistad y el honor para conseguirlo. Mientras, los frenéticos intentos de Bilbo por hacerle entrar en razón llevan al Hobbit a tomar una decisión arriesgada y peligrosa. Pero las amenazas que les esperan son aún mayores. Sauron, el mayor adversario de todos, ha enviado legiones de orcos a un ataque furtivo en la Montaña Solitaria sin que nadie se entere, salvo el mago Gandalf.

A medida que el mal crece, las razas de los Enanos, los Elfos y los Hombres tienen que decidir si aúnan sus fuerzas o se abandonan a la destrucción. De repente, Bilbo tiene que luchar por su vida y la de sus amigos en la batalla de los Cinco Ejércitos, mientras el futuro de la Tierra Media pende de un hilo. 

Jackson parece haber puesto en pie la más apabullante y estética de las batallas de la Tierra Media, con un espectacular despliegue de efectos especiales y un trepidante montaje que se detiene con minuciosidad en las luchas individuales de los principales protagonistas contra sus enemigos. La mayor parte del metraje se centra en esa gran batalla y menos en las aventuras emocionales de los personajes. Esa parte más sentimental, que estaba muy presente en las dos entregas anteriores, se reduce ahora al triángulo amoroso formado por el enano Kili (Aidan Turner), la elfa Tauriel (Evangeline Lilly) y el elfo Legolás (Orlando Bloom), así como a las dudas existenciales del Rey Thorin (Richard Armitage).

Casi veinte años después de comenzar a trabajar en las obras de Tolkien, Peter Jackson cierra pues las dos trilogías. Lo hace con la entrega más espectacular de la saga, aunque quizás también con la menos sorprendente. Lo que, en cualquier caso, no quita valor a un esfuerzo titánico que ha supuesto un cambio radical en las películas del cine fantástico.