Andalucía

Del menudeo al crimen organizado

  • El 40% del tabaco que se fuma en Andalucía es de contrabando y entra por Algeciras y Gibraltar Su venta sustenta a familias sin recursos, pero también es fuente de financiación de las mafias

En Miradas sobre España (Universidad de Sevilla), el profesor Rafael Sánchez Mantero rescata la visión que el viajero norteamericano Henry Day tenía sobre el fenómeno del contrabando en la esquina de Europa: "Los habitantes de Gibraltar son comerciantes, y el contrabando parece ser la parte más importante de su negocio. Miles de libras de tabaco, además de inmensas cantidades de otros productos, se introducen anualmente en España a través de Gibraltar; y cuando se recuerda que una de las fuentes de ingreso más importantes de España es el tabaco, puede comprenderse la espina que constituye esta fortaleza inglesa en el costado de España". El periodista romántico alertaba, ya a finales del siglo XIX, de las dimensiones inabarcables de esta actividad para el fisco español y de su arraigo en Andalucía; en cierto modo venía a censurar lo normal que se veía a ojos del españolito común y del vecino del Peñón el mercado negro.

Un siglo y pico después, y con la importancia que alcanzó para la economía de la zona el contrabando durante la dictadura y con el cierre de la Verja, la percepción de esta actividad ha cambiado poco. Se da por sentado, sobre todo en la provincia de Cádiz (que sufre un paro cercano al 40%) que el menudeo sustenta a familias de pocos recursos y que bajo el mostrador de quioscos y tiendecitas se vende, de una forma más o menos discreta, paquetes de tabaco a un euro menos que su precio en el estanco.

Además, en Andalucía, el contexto de crisis y el aumento del precio de cada cajetilla (el 80% del precio de una cajetilla legal va destinado a impuestos) se han venido a sumar, como razones que han potenciado el contrabando en la comunidad, a lo que siempre ha estado ahí, es decir, la entrada ilícita de tabaco a la península por Gibraltar y por el Puerto de Algeciras procedente de Marruecos.

"El problema es lo que hay detrás. Además de que esta actividad cava un agujero enorme en las cuentas de la Hacienda Pública, el contrabando representa una vía de financiación estable para las mafias que operan en España y el norte de Marruecos". Así lo pone de manifiesto la campaña que ha puesto en marcha la Mesa del Tabaco, un colectivo que aglutina todos los eslabones de la cadena de producción y venta, desde agricultores (concentrados en campos de Extremadura y Andalucía) y transformadores a estanqueros y fabricantes de las máquinas expendedoras con unos 56.000 puestos de trabajo, con el objetivo de "implicar a la sociedad en un problema que causa unas pérdidas fiscales al Estado de 1.200 millones de euros al año", explica el portavoz de la plataforma, Juan Páramo, que alerta además "del negocio tan brutal para el crimen organizado".

Las cifras dan la medida de esta industria soterrada: en el primer semestre de 2012, el tabaco de contrabando que se vendió en España representó un 8,9% del total, mientras el porcentaje subió hasta los 11,4% en los seis primeros meses de 2013. Si la lupa se pone sobre Andalucía -la comunidad con más presencia en este mapa negro- llega a cotas preocupantes: en el primer semestre de 2012, el contrabando representó un 27,9%, mientras en el mismo período de este año, ha llegado hasta el prácticamente el 40% (39,7%).

"Una de las razones para poner esta campaña de sensibilización es que el consumidor vea cuáles son las consecuencias del consumo de este tabaco, que vea quién se beneficia realmente. Hay cierta imagen de normalización del contrabando en Andalucía, porque parece que así le echas una mano al que menudea... Hay que ver es qué hay detrás: son verdaderas mafias organizadas del crimen que utilizan el contrabando de tabaco como un área de negocio más. Con el dinero que genera el tabaco financian el resto de sus actividades como la prostitución, las drogas e incluso el terrorismo", subraya Páramo, porque, indica, "han visto que es un área de negocio muy rentable para sus actividades".

El patrón es sencillo: hay quien compra pequeñas cantidades, el clásico mulero que reparte cajetillas por el cuerpo y entre la ropa y luego las revende en su círculo; hay quien saca el tabaco entre los dobles fondos de los maleteros y salpicaderos para vender luego a redes que distribuyen a una escala mayor. El paso siguiente suelen ser ya el de "redes más organizadas que incluso introducen contenedores de tabaco o lanchas y que luego los distribuyen entre contrabandistas más pequeños que luego hacen el paqueteo, el menudeo", sostiene Páramo.

Aunque, para el tráfico de tabaco se cuenta a veces con la connivencia o la vista gorda de policías y guardias civiles, "las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado hacen una labor excelente de detección y prevención, pero no es suficiente" para atajar este problema, insiste Páramo, porque "entendemos que hay un problema de demanda, de sensibilidad ciudadana: si no hay demanda, no habría esa oferta tan enorme".

Para que sea considerado delito "tienen que pillarte con una cantidad de tabaco por valor de más de 15.000 euros, todo lo que se pille por debajo de eso será considerado falta", explica Páramo. Además, según este colectivo, uno de los problemas que conlleva el contrabando de tabaco es el del accceso de los menores, porque "en los canales legales se prohíbe comprar a los menores de 18 años; el contrabandista no le va a pedir el DNI a ningún menor".

Según los datos que maneja la Mesa, nueve de cada diez estanqueros andaluces afirman que el contrabando es la causa "fundamental" de la caída de sus ventas en una media del 38% durante el último año. El sector cifra en no más de una decena los estancos que quedan abiertos entre La Línea de la Concepción y Algeciras, que suman una población cercana a los 190.000 personas. Para Fernando Romero, el presidente de la Asociación Provincial de Estanqueros de Sevilla, que agrupa 450 expendedurías, "los consumidores no han dejado de fumar, pero sí han dejado de venir al estanco".

El problema "puede agravarse aún más con la propuesta de Directiva Europea del Tabaco que se debate ahora en Bruselas", según Páramo. Según sus datos, se perderían 10.700 puestos de trabajo y las cifras de contrabando se dispararían hasta el 23% en España y prácticamente la mitad de todo el tabaco que se fumaría en Andalucía procedería del mercado negro.

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