Andalucía es pionera en la implantación de la receta electrónica, mediante la cual la sanidad andaluza se ha ahorrado más de medio millón de euros. Esta fórmula facilita a los médicos la prescripción por principio activo, disminuye el uso del papel y mecaniza los tradicionales talonarios.

Para el paciente, la receta electrónica sólo significa mejoras. Aquellos enfermos crónicos como puedan ser los diabéticos podrán obtener su tratamiento durante un año sin la necesidad de acudir al centro de salud. "Ya no tengo que venir en cuatro o cinco meses... ¡hombre, eso es extraordinario!", comenta Francisco Tirado, enfermo crónico.

Vídeo: Historias de luz

Las recetas electrónicas se graban en las denominadas tarjetas sanitarias gracias a un chip que permite almacenar los distintos tratamiento de los clientes. Con esta fórmula se evitan las duplicidades e incompatibilidades en la medicación. Hasta en un 55% se ha llegado a disminuir las duplicidades en pacientes ancianos multimedicados de los que nadie era consciente que se estaba dando medicamentos similares.

Las aglomeraciones en las consultas se han visto beneficiadas ya que se han eliminado hasta 38 millones de visitas innecesarias en 5 años, todas ellas eran únicamente para pedir recetas médicas. "Al paciente le beneficia porque le va a ahorrar tiempo en no venir a consulta; pero a mí también porque ese tiempo lo puedo dedicar a demandas clínicas que en un momento determinado pueden ser necesarias", aclara Guillermo Caravallo, médico de familia.

Desde el año 2003 el control de las medicinas está asegurado gracias a la informatización de las recetas, pero sobre todo lo más importante, la seguridad de los pacientes.