Doble condena

Un preso rechaza la doble codena de compartir celda con un interno que no para de dar la matraca independentista

Un preso de la cárcel de Soto del Real, al que por ser bueno y de confianza se le asignó como compañero de celda a Jorge Sánchez -presidente de la Asamblea Nacional Catalana encarcelado tras una acusación de sedición-, ha pedido encarecidamente que le libren de ese colega de presidio dado que su estancia en la celda compartida le estaba procurando un doble castigo, una doble condena de la que no se creía merecedor dado su buen comportamiento. Debió ser contundente y bien fundamentada su solicitud porque el mismo día que la hizo fue atendida y se desconoce qué preso ha sido designado para sufrir -acaso como castigo por mala conducta- la matraca independentista que el susodicho administra casi como un suplicio. Por otra parte, parece que un preso, acaso con dotes de exorcista, proclamó un "Viva España" creyendo que así podría rendir a los demonios independentistas que se cebaban en el nuevo interno. Si bien, este no se manifestaba conturbado por la que pudiera tenerse como posesión diabólica, sino que se aplicaba a un proselitismo doctrinario que ni siquiera el preso bueno era capaz de soportar. Dos razones esgrime el que, por pocos días, ha sido compañero de celda del independentista: una, ya dicha, que se pasa todo el día dando la matraca con la cuestión de marras; y otra, más indeterminada, que el nuevo preso es muy raro en sus maneras y lo hacía sentirse incómodo, como si ya no hubiera bastante con estar entre rejas.

En otro módulo de la prisión también se encuentra preso el hijo de la madre superiora de una congregación, permitida sea esta heterodoxia en el lenguaje de la trama, que responde al nombre de Jorge Pujol Ferrusola, hijo del expresidente catalán al que se atribuyen los polvos de estos lodos soberanistas, si bien se piensa que su vástago asumía la naturaleza de capellán trasegador de misales con la directrices de la madre superiora. Tal vez esta razón explique que el acusado de sedición haya pedido traslado de módulo por entender que el capellán disfrutará con la matraca. Mientras, dirige a los suyos con orientaciones y directrices a través de las redes sociales, sin querer entrar en muchos detalles de una butifarrada solidaria que está previsto organizar cuando se solventen las discrepancias con una facción vegana que aboga por la dignidad de los cerdos. El oficiante mayor del acto, por lo demás, parece preferir las óperas bufas en Bruselas y considera más glamurosos lo mejillones.

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