I premio andaluces del futuro

Un porvenir solidario

  • Los candidatos del galardón que convoca Grupo Joly y patrocina Caja Madrid demuestran su compromiso en temas como el medio ambiente, la inmigración, la atención a los mayores o la ayuda al tercer mundo

El cuidado del medio ambiente, la integración de los inmigrantes, la atención a personas mayores, la educación de los niños, la solidaridad con países en vías de desarrollo... Son temas cruciales para el futuro de la humanidad, y, desde Andalucía, hay jóvenes dispuestos a hacer bandera de la solidaridad.

Así, Antonio Chaves, sevillano, trabaja en la Fundación Tres Culturas, en el departamento de Relaciones Euromediterráneas. Durante cuatro años ha coordinado el Proyecto Red Alcántara, que reunió a 35 entidades juveniles de Andalucía y Marruecos con el objeto de favorecer la convivencia intercultural. Desde Córdoba, Ángel Cardiel también tiene experiencia en labores organizativas, al promover toda la acción social del Movimiento Scout Católico en la diócesis de Jerez. Ha impulsado desde la donación de alimentos a las Hermanitas de los Pobres hasta proyectos de restauración de parques.

Precisamente el medio ambiente es el caballo de batalla de la malagueña Araceli Moreno, empleada del Aula del Mar, entidad dedicada a la educación medioambiental. "Hacemos campañas de consumo responsable, contra la venta de inmaduros, itinerarios por las costas, programas para niños, etcétera". En paralelo, Daniel Bravo, onubense, es presidente de la asociación Puntatlantis, formada por voluntarios que prestan ayuda en la asistencia a cetáceos varados en la costa. Por su lado, Juan José Amate, ex concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Huércal-Overa (Almería), está en Honduras trabajando para la ONG británica Progressio como cooperante experto en Gestión de Agua e Incidencia en políticas Ambientales.

La solidaridad con el prójimo es el motor de vida de la cordobesa Isabel Palomares, responsable de la obra social de la Parroquia de San Juan y todos los Santos de Córdoba, conocida como La Trinidad. Esta entidad gestiona tres colegios y dos residencias de mayores, y Palomares se muestra especialmente orgullosa del programa de voluntariado intergeneracional. Rafael Llamas, de Málaga, aplica sus conocimientos informáticos para ayudar a los demás. Fue seleccionado por la Fundación Vodafone para trabajar un año en la ONG que eligiera, y ahora está empleado en la Asociación de Voluntarios de Oncológica Infantil, facilitando al niño ingresado una ventana al mundo a través de la informática. Directamente sobre el terreno trabaja el gaditano Francisco Díaz Cossi, que integra un equipo que se encarga de ejecutar medidas judiciales con menores. "Les enseñamos destrezas, habilidades, a buscar empleo y actuamos en familias en riesgo". La jiennense Ana María García Elbal atiende, desde el punto de vista terapéutico, a adolescentes que han caído en el mundo de la droga, en Proyecto Hombre.

De la solidaridad global se ocupan dos mujeres afincadas en Granada. Laura Mostazo es delegada allí de la ONG Apy-Solidaridad en Acción, desde la que emprende campañas de sensibilización para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sonia Prados compagina su empleo en la Asociación Andaluza contra la Fibrosis Quística con su actividad como coordinadora de grupo en el programa Campos de Solidaridad de Setem-Andalucía. Hay hueco, en el amplio mundo de la solidaridad, para la empresa, como demuestra la sevillana Paqui García, que con Abilio Caetano ha desarrollado un localizador para personas con Alzheimer. O para la investigación: la cordobesa Teresa Cordón reflejó en un proyecto las trabas a discapacitados físicos y sensoriales a la hora de comprar en supermercados.

En inmigración, merecen mención Silvia Yelena, ecuatoriana de 18 años que lleva desde los nueve en Jaén y que trabaja para integrar a sus compatriotas en la ciudad; y el Policía local de Mojácar Francisco Javier Morales, que como voluntario de la Cruz Roja ha participado en la asistencia a inmigrantes. Por último, en un ámbito de marginación social realiza su labor Carmen Soriano, gitana del barrio de El Torrejón, en Huelva. Ha sido una de las impulsoras de la asociación juvenil Nuevo Drom, que, entre otras cosas, coordinó el equipo de voluntarios que buscó a la niña Mari Luz durante su desaparición.

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