Miguel Álvarez. Contratado doctor en la Facultad de Derecho en la Universidad de Sevilla

"Si me ofrecen algo mejor en el extranjero no dudaré en irme"

El currículum de Miguel Álvarez es un ejemplo de por qué a la nueva generación de profesores universitarios se la considera como la más preparada de la historia de España. Con apenas 33 años, es doctor europeo (lo que significa que ha defendido sus tesis en varios idiomas y ante profesores extranjeros), tiene en su haber una veintena de publicaciones entre libros y artículos, ha trabajado y estudiado en Alemania, Oxford, Nepal.... Además de ser doctor en Derecho es licenciado en Lingüística y máster en Traducción jurídica.

Sin embargo, pese a sus más que evidentes méritos, la crisis ha provocado que su futuro en la universidad no esté claro y que sus condiciones laborales sean cada vez peores. "Desde que comenzó la crisis damos más clases y cobramos menos; tenemos más cargas administrativas en los departamentos y muchos más alumnos que la media europea. Cuando le comento a mis compañeros extranjeros que enseño a unos 300 estudiantes, se echan las manos a la cabeza. Ellos apenas llegan a los 100", comenta Miguel Álvarez.

Pese a todo, el joven profesor se considera un "afortunado", ya que ha sido de los últimos que ha conseguido promocionar de Ayudante Doctor a Contratado Doctor, lo que conlleva tener un puesto laboral indefinido, aunque no pertenecer a la función pública, como los profesores titulares y los catedráticos. "Me salvé en la línea de gol. Los que ahora son becarios o ayudantes doctor tienen muy difícil su futuro en la universidad", comenta.

Aún así, Miguel Álvarez es consciente de que su situación y la de todos los contratados doctor es muy difícil. Por lo pronto, y debido a las últimas medidas tomadas por el Gobierno de la nación, su posible promoción a profesor titular y, por tanto, a la función pública, está, hoy por hoy, congelada. Es decir, por muchos méritos que acumule, no podrá prosperar profesionalmente en la universidad pública española. También sabe que su figura profesional conlleva un contrato indefinido pero no intocable. "Si la crisis se recrudece no empezarán a echar a la calle a los catedráticos y a los titulares que, por ahora, son intocables, sino a los que tenemos un contrato laboral. Hoy por hoy, nada es seguro", comenta.

El éxodo de estos profesionales hipercualificados ya ha comenzado. "Tengo muchos amigos que se han marchado a Inglaterra, Italia, Brasil... lugares donde le ofrecían condiciones mucho mejores. Sinceramente, si me ofrecen algo mejor en el extranjero no dudaré en irme, no tendré ningún problema", comenta este profesor especializado en el campo de la Filosofía del Derecho y que ha dedicado sus últimas investigaciones al pensamiento jurídico budista y a la regulación del uso de las lenguas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios