Sevilla

Los indignados también tienen voz

  • La organización cifra en 90.000 los manifestantes en Sevilla, un número que la Policía rebaja a 2.000

La otra Andalucía, la que no tenía nada que celebrar, ni estaba por la labor de aplaudir los fastos presididos por los gobernantes por el 28 de febrero, se congregó ayer en Sevilla en las llamadas Marchas por la Dignidad. Representantes sindicales, de distintos colectivos y asociaciones, políticos de partidos de izquierda y muchos ciudadanos que se oponen frontalmente a la política que se lleva a cabo no sólo en Andalucía, sino en toda España, recorrieron desde el mediodía las calles hispalenses, desde la estación de Santa Justa a la Torre del Oro, donde la Policía frenó la manifestación y dejó que se acercaran alrededor de 2.000 personas al Teatro de la Maestranza, donde se celebraba el acto institucional con los galardonados como hijos predilectos y medallas de la comunidad.

La Andalucía que no se resigna y lucha: a la calle el 28-F fue el lema de los convocantes, entre quienes estuvieron la líder regional de Podemos, Teresa Rodríguez, el coordinador general de IU en la región, Antonio Maíllo, y el diputado de Unidos Podemos Alberto Garzón, quien habló de "un día reivindicativo para la identidad andaluza".

Fueron varios millares de manifestantes los que participaron en la marcha procedentes de toda la geografía de Andalucía, aunque la diferencia entre las cifras ofrecidas por la organización y las que dio la Policía Nacional no se asemejan en absoluto, con datos más alejados incluso que en otras ocasiones. Los 90.000 indignados, según los convocantes, menguaron a 2.000 para los agentes: 88.000 personas de diferencia es un margen amplísimo.

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