Andalucía

Un niño muere ahogado en una balsa de riego al querer recuperar una pelota

  • El menor, de 9 años, jugaba junto al embalse en una zona de invernaderos en El Ejido

Un niño de nueve años falleció la tarde del domingo al caer en una balsa de riego que había entre invernaderos en El Ejido cuando intentaba recuperar la pelota con la que estaba jugando.

Según fuentes del Servicio de Emergencias del 112, los hechos ocurrieron sobre las 20:30, cuando recibieron llamadas de familiares alertando de que habían perdido de vista al pequeño en las inmediaciones de un bar llamado La Guarra, que está ubicado en la zona de Tierras de Almería. La familia trasladó a a Emergencias el temor de que el pequeño, de nacionalidad marroquí, hubiera podido acudir en busca de un balón y hubiera caído en una balsa. Y es que al parecer, allí fue visto por última vez por ellos mismos.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de los bomberos del Consorcio del Poniente, un equipo sanitario, agentes de la Policía Local y de la Policía Autonómica, además de la Guardia Civil. Precisamente fueron los miembros de Especialidades Subacuáticas de la Benemérita los que se encargaron del rescate del cadáver del menor. Según fuentes de este cuerpo, se baraja la hipótesis de que el menor hubiera quedado atrapado en los propios plásticos con los que se crean este tipo de balsas que se utilizan para el riego de las explotaciones agrícolas. El forense, por su parte, procedió al levantamiento del cuerpo en torno a 23:30 del domingo.

En los últimos años han sido varias las personas, entre ellos varios menores de edad, los que han perdido la vida al caer a este tipo de embalses en la comarca del Poniente almeriense. De hecho, uno de los trágicos sucesos ocurrió casi en idénticas circunstancias a esre último suceso cuando un menor se lanzó al agua para recuperar la pelota con la que jugaba con sus amigos y no pudo salir. Los niños alertaron de inmediato a sus familiares y a un agricultor que había por la zona, pero fue imposible rescatarlo con vida.

El propio diseño de las balsas de plástico complica el acceso y salida de las mismas.

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