Al grito de "asesino" y "fuera de aquí", entre otras frases similares, la población de Calañas se echó ayer a la calle para expresar su rechazo a la puesta en libertad, bajo fianza de 6.000 euros, del acusado de la muerte del joven Ramón Cuaresma, cuyo cadáver encontraron el 23 de noviembre en un paraje natural.

Los vecinos concentrados ante el Ayuntamiento, seguidos de cerca por efectivos de la Guardia Civil, mostraron su malestar e indignación por la puesta en libertad del detenido, del que no se han hallado indicios que confirmen el homicidio. En las últimas semanas no se habla de otra cosa en esta localidad del Andévalo de poco más de 4.300 habitantes. En el manifiesto que leyeron exigieron la orden de alejamiento del detenido, D.J.F.S., de 31 años.

El alcalde de la localidad, Fernando Recio (PSOE), se mostró confiado en que el juez de Valverde responda a las peticiones de los vecinos, a la espera del juicio por la muerte de Cuaresma, disminuido físico y psíquico. Recio reiteró que el ambiente en la población es "tenso" tras la puesta en libertad del detenido, por lo que ha solicitado que continúe un dispositivo de seguridad en la localidad en prevención de posibles incidentes.

La causa de la muerte de Cuaresma fue un supuesto atropello producido con el vehículo del detenido. Tras el suceso, el presunto autor le introdujo en el maletero de su coche y le abandonó en el lugar donde fue encontrado, despojándole de su cartera, que contenía dinero, y una tarjeta de crédito. La madre de la víctima, Epifania Reina, apuntó días atrás que la Justicia es "injusta" porque "este criminal no debe estar en la calle ni pagando, ya que ha realizado varios delitos porque le mató y le robó". Tras la concentración, casi un millar de vecinos se desplazaron a la casa del acusado, donde prosiguieron los gritos sin que se registrasen incidentes.