XXV Cumbre Hispano-Francesa

La cumbre indultada por la tromba

  • La ciudad se ha convertido por unas horas en el epicentro político del país

  • Hollande, Rajoy y Díaz, se han desplazado hasta la capital de la Costa del Sol junto con los ministros de Asuntos Exteriores, Economía, Justicia, Interior, Fomento, Educación y Energía

Rajoy y Hollande a su llegada al Ayuntamiento de Málaga capital.

Rajoy y Hollande a su llegada al Ayuntamiento de Málaga capital. / Carlos Díaz / Efe

Sobre las 11:40 de esta mañana, apenas horas después de que una tromba castigara a Málaga, ha arrancado bajo estrictas medidas de seguridad la XXV Cumbre Hispano-Francesa. Con la presencia de los presidentes de España y Francia, Fracois Hollande y Mariano Rajoy y 13 ministros de ambos países. El Paseo del Parque fue cortado a esa hora para recibir a la comitiva. La banda de música de la Brigada Alfonso XIII, una compañía y una escuadra de gastadores de la Legión han protagonizado una parada militar de bienvenida. Ambos jefes de Estado, acompañados también por la presidenta andaluza, Susana Díaz, han saludado a los 13 ministros de ambos países que participan en el encuentro. El alcalde ha salido al Paseo del Parque a recibir a los mandatarios que a continuación han saludado a concejales de la Corporación municipal. Entre ellos ha destacado la edil de Málaga Ahora que llevaba una camiseta con el slongan Wellcome Refugee. En las escalinatas del Consistorio, diez alumnos de Secundaria del Liceo Francés han saludado a Hollande y Rajoy. Los adolescentes se mostraron sorprendidos de que los ministros españoles llegaran en autobús y los franceses en microbús. “Creíamos que llegarían en limousina”, comentó Lucía Benchalar. La directora del Liceo, Gaëlle Barfety, comentó que para los estudiantes era “una experiencia interesante” asistir a un evento de esa naturaleza. Los alumnos contaron que Hollande les preguntó su nacionalidad. Entre el grupo había tres españoles, dos franceses y cinco con doble ciudadanía. “Es un acontecimiento muy importante que no se ve todos los días, teníamos un poquillo de nervios”, reconocía una de las estudiantes.Los jardines de Luis Alonso estaban vallados con precintos de la Policía; había maceteros estratégicamente dispuestos para impedir el paso de vehículos y el Paseo del Parque estaba cortado a la circulación. El cielo lucía encapotado, pero ha dado una tregua al encuentro bilateral. Tras los saludos en las escaleras del Consistorio, la comitiva se ha dirigido hacia la Avenida Cervantes, en un lateral de los jardines donde se ha hecho la tradicional foto de familia. El alcalde, Francisco de la Torre, ha destacado “la visibilidad y el prestigio” que suponen para la ciudad esta cumbre por su repercusión mediática en Francia. Además, destacó que los entendimientos que se alcancen en el día de hoy serán conocidos como “los acuerdos de Málaga”. La ciudad se ha convertido por unas horas en el epicentro político del país, ya que además de Hollande, Rajoy y Díaz, se han desplazado hasta la capital de la Costa del Sol los ministros de Asuntos Exteriores, Economía, Justicia, Interior, Fomento, Educación y Energía. Avanzar el la lucha contra el terrorismo, impulsar la cooperación bilateral, analizar los efectos del brexit e reforzar el proyecto europeo ante el auge del populismo son algunos de los objetivos de la cumbre. Después de la foto de familia, ambos presidentes, sus ministros y demás autoridades se han dirigido a Ayuntamiento donde ha firmado en el libro de honor y el alcalde le ha obsequiado con una reproducción de la casona del Parque. Bajo la atenta vigilancia de numerosos policías, el grupo se ha desplazado luego al Museo de la Aduana. A su llegada, el escaso público que se había congregado en Cortina del Muelle han lanzado gritos de “Mariano” y otros han entonado la Marsellesa. Ha sido una visita de apenas 20 minutos que se ha centrado en recorrido por la zona de Arqueología. “Los dos [Hollande y Rajoy] se han mostrado muy interesados y muy agradables”, ha explicado después la directora del museo, María Morente. También allí han dejado su rúbrica en el libro de firmas. Desde el Palacio de la Aduana, siempre fuertemente custodiados, los mandatarios han regresado al Ayuntamiento para un almuerzo de trabajo, en el que participan también los ministros que asisten al encuentro bilateral. El menú ha sido servido por Lepanto: tabla de ibéricos y quesos nacionales, ensalada de jamón de pato y judías y lubina salvaje con crema de avellanas. Todo regado con vinos con denominación de origen de Málaga.

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