Andalucía

Madre por primera vez a los 48 años

  • Una malagueña a la que le falta una semana para dar a luz defiende la donación de óvulos gracias a la que tendrá su hijo

Hay una mujer en Málaga que será madre dentro de una semana. Confiesa que tiene esa mezcla de miedo y felicidad que sienten todas las embarazadas que están a punto de dar a luz. Pero ella es algo especial. Será madre por primera vez a los 48 años. Y no sólo por eso, sino también porque su sueño se cumplirá gracias a la donación de óvulos.

Quiere mantener el anonimato, aunque accede a contar su historia para que se sepa lo útiles que son estas alternativas médicas denostadas todavía en algunos sectores conservadores. "Yo lo veo estupendamente. Dar una vida es lo más bonito del mundo. Yo no tenía pareja, tenía muchas responsabilidades en casa y estaba trabajando. No era mi momento. Y lo dejé tan tarde que mis óvulos ya estaban viejos", relata con una sinceridad conmovedora.

El tiempo pasaba y hasta llegó a plantearse tener un hijo en solitario. Pero la vida siempre nos reserva sorpresas y a ella la sorprendió. Algo mayorcita, se enamoró. Entonces intentó tener un hijo. Tenía unos 40 años cuando empezó a buscarlo. Pero la naturaleza es implacable. Se quedó embarazada de forma natural tres veces y tres veces abortó de manera espontánea. El sueño de un hijo se esfumaba una y otra vez.

Entonces acudió al Centro Gutenberg porque comprendió que aunque todavía tenía la menstruación, algo ya no iba bien. Al final, tuvo que recurrir a la donación de óvulos. "Aún tenía la regla, pero mis óvulos ya no servían. Agradezco muchísimo que esta posibilidad exista porque están haciendo felices a muchas personas", repite para deshacer los prejuicios hacia esta técnica. Además, no se cansa de expresar su gratitud hacia la clínica que ha logrado el embarazo. "Yo no le llamaría Centro Gutenberg, sino fábrica de sueños", dice.

Era tal su deseo de ser madre que cuando los médicos le explicaron que la única posibilidad de tener un hijo era con óvulos donados no lo dudó: "Ni me lo pensé porque tenía claro que quería ser madre. Lo que te donan es una célula; una célula pero que a ti te permite ser madre".

No fue fácil. Aun con reproducción asistida perdió dos veces el embrión. "Pensé que no me iba a salir", confiesa. Pero en su caso se cumplió el refrán y a la tercera fue la vencida. Ahora está de 39 semanas. "Soy muy luchadora y nunca perdí la esperanza", relata.

Ya le pesa la barriga y tiene ganas de que nazca para verlo. Sí, verlo, porque es un niño. "Ahora siento un poco de miedo y de incertidumbre, pero soy muy positiva y pienso que todo va a salir bien", sostiene. Le queda una semana para incorporarse al club de las madres. Cuenta que ya tiene una cómoda atestada de ropa que le ha regalado su familia, porque la ilusión se vive de forma colectiva entre los suyos.

Está de baja, aunque dice que cuando agote la baja maternal volverá al trabajo. No le pedimos detalles de su profesión porque ha accedido a la entrevista a cambio de que no se desvele su identidad ni se dé ninguna pista que pueda identificarla. A cambio, nos descubre sus sentimientos más íntimos. "Cada uno tiene los hijos cuando es su momento. Y yo lo he tenido cuando me ha salido". Y es que aunque muchas mujeres retrasan la maternidad por motivos laborales, no fue su caso. Se ríe cuando se le advierte que los críos dan guerra, pero ella, a sus 48, asegura que está preparada.

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