Andalucía

"Luchábamos contra el agua, pero podía más que nosotros"

El olor del agua lodosa flotaba en el aire. También el microondas, el frigorífico y hasta un sillón, que ya descansan en el rellano de la vivienda. "¿Dañado? Todo. Los muebles, la nevera, el horno y el congelador están llenos de barro, incluso la comida congelada que había en los cajones". El testimonio es de Paqui, una de las decenas de vecinas de la urbanización Doña Ana, en Cártama, que ayer trataba de paliar con cubos y fregonas los efectos del temporal en su vivienda. Era el día después a la tromba.

La llamada que la mujer, de 54 años y con una minusvalía, recibió del Ayuntamiento no llegó a tiempo. "Nos avisaron a las 7 de la mañana de que el río se salía, y cuando lo hizo ya estaba en la puerta. En cuestión de minutos, subió más de un metro", relata su hija Cristina, que acudió enseguida. Intentaron sellar la puerta, pero la tabla que habían colocado no soportó la presión del agua. "Faltó una cuarta para que entrara por las ventanas, como le pasó a una vecina, que las tiene más bajas". Cuando Paqui se percató de que el baño estaba inundado, desistió en seguir achicando con cubos. "Era algo que podía más que nosotros, luchábamos contra el agua pero podía más que nosotros. Llevo viviendo aquí desde hace casi 18 años y es la primera vez que ocurre esto", dice la mujer.

Nunca antes el agua había penetrado "con tanta violencia" en las casas. "Llegó hasta el segundo escalón, me remangué los pantalones y, cuando fui a bajar, ya me llegaba hasta media pierna. Los muebles y las bombonas estaban flotando", recuerda. También la peña flamenca Cripriano Pitana, todavía con varios centímetros de barro en el suelo, sufrió los estragos. "Hoy -por ayer- está siendo más intenso todavía. El primer día esperábamos saber hasta dónde llegaría el agua y cuándo bajaría. Ahora toca realmente trabajar. Había neveras y congeladores volcados por la fuerza que traía el agua. No dio tiempo a salvar nada, no había opción, solo los cuadros que estaban colgados", relata Elena.

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