Hallazgo de zanjas radiactivas

El alcalde de Cuevas espera que EEUU retire los residuos radiactivos en el plazo establecido

  • Jesús Caicedo reconoce no sentirse sorprendido por la localización de las "trincheras"

El alcalde de Cuevas del Almanzora (Almería), Jesús Caicedo, ha pedido a EEUU que cumpla los plazos previstos para la retirada de material radioactivo en la pedanía de Palomares si el proyecto de vigilancia radiológica del Centro de Investigaciones Energéticas, Científicas y Medioambientales (Ciemat) confirma finalmente en 2009, fecha prevista de la conclusión del estudio, la existencia de contaminación radiológica en la zona donde, en 1966, cayeron cuatro bombas atómicas.

El primer edil cuevano ha afirmado no obstante que la relación con el Gobierno estadounidense es "muy buena" y que, según las reuniones que él mismo ha mantenido con representantes del Ministerio de Energía del país, confía en que los norteamericanos efectuarán la retirada de los posibles residuos.

Caicedo dijo además no sentirse sorprendido por la localización de dos "trincheras" subterráneas que podrían contener materiales contaminados y que el Ciemat atribuye a las tareas de "remediación" emprendidas por EEUU por la caída accidental de las bombas.

De hecho, el alcalde puntualizó que el hallazgo tampoco ha sido "una sorpresa" para los investigadores del proyecto 'Índalo', que desveló que sendas «trincheras» contienen desde restos vegetales de cultivos que se mantuvieron en la zona hasta 2004 hasta herramientas con diferentes grados de contaminación.

"Lo que queremos es que nos dejen de una vez tranquilos", pidió Caicedo, que aseveró que los más de 2.000 habitantes de Palomares no sufren "ninguna patología" derivada de la caída de las bombas y reiteró que la producción hortofrutícola "pasa rigurosamente todos los controles" sin arrojar ningún "dato sospechoso" de contaminación radioactiva.

A su juicio, la caída de las bombas debería aprovecharse «en positivo» para el pueblo, con la creación, por ejemplo, de un "Museo de la Bomba" que sirviera como "centro de interpretación" del accidente nuclear.

En una nota, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) detalló que la localización ha sido posible gracias a la inspección por georadar del subsuelo de las 40 hectáreas bajo control, de las que ya existe una primera planimetría radiométrica superficial elaborada con valores obtenidos a no más de 15 centímetros de profundidad.

Con alrededor de 1.000 metros cúbicos de capacidad, ambos depósitos contienen, según la directora del proyecto, Teresa Mendizábal, los residuos dejados por el ejercito norteamericano y que figuraban en los documentos clasificados por el Departamento de Energía.

En 2007, el Ciemat finalizó con éxito la caracterización radiológica extensiva y detallada del suelo superficial en Palomares con un registro de más de 300.000 datos radiológicos georreferenciados, que contiene la medición de las tasas de dosis en contacto y a un metro de altura.

Además, se han adquirido espectros "gamma in situ" con detectores Fidler en más de 580 puntos y se han recogido más de 1.700 muestras inalteradas de suelo que ya han sido procesadas en las instalaciones del órgano en Palomares con el cambiador de muestras para dar a conocer los resultados a finales de 2008.

Desde el Ciemat se ha subrayado, no obstante, que desde hace 40 años la supervisión continua de las personas y del medio ambiente en toda la zona, a través del Proyecto Índalo, sitúan en un rango de normalidad los resultados obtenidos, que no suponen -ahondan- riesgo radiológico "significativo" para las personas.

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