AGR Andalucía

Los bajos precios de la pipa de girasol pone en riesgo el futuro del cultivo

  • Asaja recomienda a los agricultores esperar un repunte en las cotizaciones para vender sus cosechas.

El cultivo de girasol en Andalucía podría pasar a la historia de continuar con la caída de precios, según denuncia Asaja Sevilla. Hasta 40 euros ha caído el precio de la pipa de girasol en poco más de 20 días de campaña de recolección en la región.

La organización agraria explica que a mediados de julio la tonelada de pipas de girasol cotizaba a 350 euros, mientras que la pasada semana por esa misma tonelada no se pagaban más de 310 euros. "Son precios de ruina, que no permiten que el agricultor cubra siquiera sus costes", añaden desde Asaja.

El inicio de campaña repite la evolución de precios del año 2013, cuando también se hundieron las cotizaciones al inicio de la recolección para remontar después. La peculiaridad es que los precios este año están cayendo aún más que el pasado y se han situado a unos niveles-suelo tan bajos que ya sólo les resta subir cuando finalice la campaña de recolección.

Por eso, Asaja Sevilla recomienda a los agricultores que almacenen las pipas en la propia explotación o las entreguen a las cooperativas, a la espera de que repunten los precios.

Margen de las extractoras

"Las consecuencias de la presión de los márgenes abusivos de las extractoras sobre los agricultores ya se están notando; Sevilla, primera provincia productora de girasol de España, ha experimentado una caída del 15% de su superficie de cultivo tras el hundimiento de los precios en la pasada campaña", señalan desde Asaja.

De las 164.000 hectáreas que se sembraron en 2013 se ha pasado a poco más de 140.000 en la presente campaña, y la tendencia para la próxima puede ser desastrosa, pues "obviamente" si la industria extractora "no paga un precio que garantice una mínima rentabilidad los agricultores buscarán un cultivo alternativo, lo que puede resultar tremendamente perjudicial para las propias extractoras, especialmente para aquellas que desarrollan su actividad en comarcas agrarias del interior de España", concluye la organización agraria en su denuncia sobre la delicada situación que vive este cultivo.

Asaja aporta datos sobre la caída de la superficie a nivel regional, ya que Andalucía ha perdido en un año 34.000 hectáreas, al pasar de las 321.000 de la pasada campaña a las 287.000 de esta.

Asaja Sevilla lamenta lo que considera "falta de sensibilidad y de sentido común de la industria extractora, que carece de visión sectorial". Dado que su capacidad de molturación duplica la capacidad de producción de España -y su actividad depende fuertemente de las importaciones y de las eventualidades de los envíos de materia prima en muchos casos cultivada en zona de conflicto, como Ucrania y Rusia-, la industria debería ajustar sus márgenes y reforzar su apuesta por la producción nacional para cubrir al menos el 50% de sus necesidades con pipas producidas en España, se señala desde la organización agraria.

Los productores andaluces de girasol afrontan su tercera campaña consecutiva en pérdidas. Tras la sequía de 2012 y la campaña de bajos precios de 2013, la de 2014 tampoco ha arrancado con buenas perspectivas, pues los precios "de ruina" con que inician la compra las extractoras dejan de nuevo a las explotaciones de girasol "por debajo del umbral de rentabilidad".

Las perspectivas al inicio de campaña eran otras, dado que los precios del aceite de girasol y de la torta se mantenían a unos niveles aceptables en el mercado internacional. Además, la evolución agronómica del cultivo, a pesar de una primavera corta de agua, ha sido buena y se ha visto además favorecida por las temperaturas suaves de junio y julio, que han propiciado una excelente granazón de la pipa. Se estima que la producción andaluza se estima que superará las 350.000 toneladas, lo que supone que la media de producción se situará ligeramente por encima de los 1.200 kilos por hectárea.

Es una producción media que en una situación normal de mercado debería dejar beneficios en la explotación, explican en Asaja. Sin embargo, con "el precio de ruina" al que han abierto las extractoras el agricultor necesita producir más de 1.300 kilos de girasol por hectárea para cubrir costes, lo que deja a muchas explotaciones en pérdidas, aseguran los técnicos.

Desde Asaja Sevilla se lanza un aviso a la industria extractora, a la que advierte que mantendrá una actitud vigilante. "Ante cualquier sospecha de pacto, acuerdo o movimiento especulativo, trasladaremos los hechos a la autoridad competente".

También insta al agricultor a que no venda por debajo de precio del mercado, que viene marcado por el valor del aceite y de la harina. Eso es lo que indica el suelo al que las extractoras tendrían que comprar la pipa de girasol para abastecer sus n0ecesidades.

Finalmente, esta organización agraria advierte a los consumidores y sus organizaciones para que demanden una bajada proporcional del precio del aceite de girasol en los supermercados y puntos de abastecimiento si las extractoras continúan con su política de precios bajos. En caso contrario, sería la industria la que estaría obteniendo un beneficio desproporcionado a costa de agricultor.

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