AGR Andalucía

Ganar tamaño y mirar a Asia, claves de futuro

  • El sector agroalimentario andaluz debe empezar a prepararse para el estancamiento del mercado europeo y afrontar una posible disminución de las subvenciones comunitarias

Enrique Manso, en un momento de su intervención en la presentación en Sevilla del informe encargado por Cesur.

Enrique Manso, en un momento de su intervención en la presentación en Sevilla del informe encargado por Cesur. / M. G.

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Y una mirada o, mejor dicho, un exhaustivo análisis del bosque que forma el sector agroalimentario andaluz es lo que ha hecho Pricewaterhouse Cooper (PwC), por encargo de la Asociación de Empresarios del Sur de España (Cesur), en el informe Claves para la transformación del sector agroalimentario andaluz, que se ha presentado en Sevilla, Córdoba y Huelva y esta semana llegará a Málaga, Almería y Granada.

Las conclusiones son imperativas, pues el estudio mira de frente los puntos débiles del sector agroalimentario andaluz. Para empezar asevera que "sólo las empresas que cuenten con una dimensión suficiente y con una estructura sólida podrán competir y mantener su relevancia en el mercado" y alerta del estancamiento del mercado europeo, que obligará a buscar mercados en Asia. Por ello, el informe de PwC y Cesur indica que las empresas agroalimentarias deben ganar tamaño, "teniendo que abordar para ello operaciones de fusión o avanzando en el cooperativismo de segundo grado".

180.000Empleos. Son los puestos directos que genera el sector agroalimentario andaluz

Igual ocurre en el caso de la industria de transformación, pues el avance en el tamaño de las empresas vuelve a ser uno de los principales retos y PwC recomienda el crecimiento "bien a través de operaciones de integración horizontal o de integración vertical de la cadena de suministro". "Este aumento del tamaño empresarial -señala el informe- presenta además oportunidades para avanzar en el reto de mejorar la eficiencia interna en el ámbito productivo y de modernizar sus estructuras administrativas y de gobierno".

La sede de Caja Rural del Sur en Sevilla fue el escenario en el que se presentó el informe, en un acto que contó con la asistencia de Manuel Ruiz Rojas, de la Fundación Caja Rural del Sur; Enrique Manso, autor del informe y director de Strategy&, consultoría estratégica de PwC; Luis Fernández Prieto, socio de PwC España y responsable de la oficina de Andalucía; y Fernando Seco, presidente ejecutivo de Cesur. El consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, fue el encargado de clausurar la jornada.

Enrique Manso concluye su investigación proponiendo seis líneas de actuación, que viene a llamar "palancas de desarrollo" y que, a su juicio, son indispensables "para la transformación y evolución del sector agroalimentario, para mejorar su situación actual y que pueda prepararse para los cambios que se impondrán en un futuro, derivados de las megatendencias y una posible disminución de las subvenciones". Estas palancas son: la mejora de la competitividad interna a través de la tecnificación e I+D+i, la digitalización como palanca de eficiencia, la profesionalización como elemento clave para la competitividad del sector, la consolidación e integración vertical del sector, la mejora de la competitividad externa a través de la internacionalización y el apoyo de otros agentes facilitadores del cambio. Además agrega otros retos importantes ligados a la innovación de los productos y los procesos, para los que la adopción de nuevas tecnologías es imprescindible.

Para la producción primaria, el informe de PwC recomienda la gestión de la estacionalidad de las producciones y defensa de precios, la creación de alianzas con los minoristas, la desintermediación, el reconocimiento de calidad y la construcción de marca. Como iniciativas para mejorar la eficiencia, el estudio propone avanzar en la digitalización, como han hecho otras industrias, y también en la profesionalización de la gestión, "adoptando un enfoque más emprendedor y de negocio, y dotando a las empresas del sector de las capacidades y recursos que necesitan para dar el salto y afrontar la transformación".

El informe detecta lo que denomina "megatendencias globales", en alusión a los cambios demográficos, la mutación del mapa económico, el progreso de la urbanización, la revolución tecnológica, la escasez de recursos y el cambio climático. Y ante ellas se propone al sector agroalimentario andaluz que intensifique su modernización y avance en la búsqueda de nuevos mercados geográficos.

El análisis de PwC advierte del estancamiento de los mercados europeos y que ello provocará un nuevo equilibrio global inclinado hacia la zona de Asia-Pacífico; que se acrecentará la tendencia de abandono y despoblación del campo y la brecha entre el mundo urbano y rural, que en Andalucía supone el 80% del territorio y ocupa a un 32% de su población; y que se creará un entorno más competitivo por la inversión en nuevas tecnologías y la profesionalización del capital humano.

También las consecuencias del Brexit para el sector son objeto del análisis encargado por la Asociación de Empresarios del Sur. Constata que el horizonte del año 2020 "será clave para el sector agroalimentario español por dos motivos: entrará en vigor la nueva PAC, y se producirá la salida efectiva del Reino Unido de la UE, que es un contribuyente neto a los presupuestos comunitarios". Explica que ambas negociaciones, la del Brexit y la PAC post-2020, "ocurrirán en paralelo, y de cómo se gestionen en los próximos años y los acuerdos finales que se alcancen, dependerá mucho la salud del sector en España y en Andalucía en particular, ya que recibe el 25% de los fondos españoles de la PAC".

Explica que el Brexit, según un informe de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo (PE), reducirá en 9.300 millones el presupuesto comunitario global. De ello, PwC concluye que "como la agricultura consume el 38% del total, la UE podría contar para la PAC pos-2020 con 1.200 millones menos en el mejor escenario, y con 3.600 millones menos en el peor escenario". El nuevo reparto de la PAC, según valora el informe, dependerá de tres factores: si los países deciden o no aumentar sus aportaciones, si se mantiene el mismo presupuesto para la PAC o si se reduce, y de cómo será la reforma de la nueva política, que entrará en vigor a partir de 2020.

El análisis estima que por un lado, la oposición de países contrarios a las ayudas agrarias y al aumento de su gasto, como Holanda, Suecia, Dinamarca y Reino Unido, se debilitará tras la salida de éste último. "Estos países -explica- que cuentan con sistemas productivos más eficientes y modernos, abogan por una menor intervención en el sector y que les beneficiaría".

Y añade el informe que, a su vez, los fondos de la PAC "tendrán que hacer también frente a desafíos crecientes, como la inmigración y tendrá un carácter mucho más ecológico que la actual, en línea con los objetivos del COOP21 de reducción de gases invernaderos, por lo que presumiblemente las ayudas irán más ligadas a proteger los recursos y combatir el cambio climático".

Un futuro complejo para un sector que, según los datos aportados en la presentación del informe en Caja Rural del Sur, genera más de 180.000 empleos directos y una facturación de más de 11.000 millones de euros en Andalucía, un 25% del total nacional. La exportación contribuye en gran medida a la facturación del sector liderado por Andalucía con un 22,9% de las exportaciones agroalimentarias a nivel nacional.

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